domingo, 23 de marzo de 2008

SOCIEDAD / La decisión de Chantal Sébire


Sí, lo sé, la foto es dura. Recientemente ha aparecido muerta en su domicilio Chantal Sébire, la mujer francesa de 52 años que padecía un cáncer incurable que se le extendía desde las fosas nasales hacia el cerebro. Dos días antes, el Tribunal de Gran Instancia de Dijon le había denegado su petición para que le fuera aplicada la eutanasia activa. De esta forma, el Estado francés contradecía la ley de 2004 por la que se regulaba el "derecho a morir con dignidad" para que los pacientes incurables pudieran "escoger su muerte", según explicó el entonces ministro de Sanidad Philippe Douste-Blazy. Ciertamente, pocos países del mundo permiten la eutanasia: de hecho, sólo Holanda, aunque algunos ofrecen excepciones, como la propia Francia (en teoría), Dinamarca, Alemania, Reino Unido y el estado norteamericano de Oregón. Aquí, en España, fue bien conocido el caso de Ramón Sampedro, sobre el que el director de cine Alejandro Amenábar realizó la magnífica película "Mar adentro" (2004).

Es un tema delicado, muchas veces tabú, por un lado, porque la tradición católica pone la vida como un bien sagrado, intocable, ajeno al hombre mismo y, por otro lado, porque los crímenes nazis, que incluían la eutanasia y la eugenesia, dieron a esos términos un aire siniestro, malvado. Pero pienso que, actualmente, asociamos la eutanasia a una muerte digna por parte de un paciente en una situación extrema, dolorosa o incurable. Cumpliendo estos requisitos y, más aún, con el consentimiento expreso de la persona (como era el caso de Chantal), no veo el dilema ético, aunque entiendo lo difícil de la decisión (especialmente para la familia).

Desde luego, están de más declaraciones como las realizadas por el arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián Aguilar, que ha proclamado la oposición de la Iglesia católica a la eutanasia al defender que la muerte de Jesucristo en la cruz fue "absolutamente digna" a pesar de que "no tuvo cuidados paliativos". Bromas, las justas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Básicamente estoy de acuerdo contigo, reconociendo que es un tema delicado. Hay algo que se me escapa en este caso: si lo de aparecer muerta en su casa significa que se ha suicidado (si no es así me callo), ¿para qué solicitar antes a un tribunal que le aplicaran la eutanasia activa? Si es por crear un precedente y abrir nuevos caminos o soluciones se puede entender, pero sí era para comprometer otras conciencias y escondía un miedo a hacer lo que luego ha hecho no tiene sentido...

Saludos,

Pacman dijo...

Podría pensar que ha sido valiente y que ha tratado de dar publicidad a su caso para concienciar a la gente, pero lo más probable es que en todo momento lo haya afrontado como un problema personal. El solicitarlo al tribunal es porque la ley le obligaba a hacerlo y ahí es donde los medios destaparon el tema. Podría simplemente haberse suicidado en su casa, pero es algo tan brutal, dramático (y a veces poco eficiente)... ¿Por qué no practicar una eutanasia médicamente controlada, sin dolor, si realmente no había cura y ella lo deseaba?

Saludos, Alex!!