miércoles, 30 de marzo de 2011

CINE / 14º Festival de Málaga (y 3)

"Un cine como tú en un país como éste" (2010), de Chema de la Peña (Sección Documentales)
Entre la afamada "Sud Express" (2005) y la reciente "23-F: la película" (2011), Chema de la Peña ha rodado este aleccionador documental acerca del cine rupturista de la España de finales de los 70 y principios de los 80, y, básicamente, sobre dos de sus cabezas visibles: Fernando Colomo y Fernando Trueba. Durante el metraje, ambos directores desgranan los recuerdos y anécdotas de sus inicios, las personas (actores como Carmen Maura, Óscar Ladoire o Antonio Resines; críticos como Alfonso Sánchez y futuros críticos como Carlos Boyero, etc.) que les acompañaron y las motivaciones que les movían a hacer un tipo de cine muy pegado a la realidad personal de sus desorientados personajes, circunscrito a la vida urbana madrileña y narrado con un ácido sentido del humor. Las experiencias de la Escuela de Cine, las dificultades financieras para los primeros rodajes, los estrenos de los primeros largometrajes ("Tigres de papel" -1977- en el caso de Colomo y "Ópera prima" -1980- en el de Trueba) se suceden dando un especial atractivo al filme.

"Memoria cubana" (2011), de Alice de Andrade (Sección Documentales)
Nos encontramos ante un documento histórico: un balance de los noticieros del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) que, entre 1960 y 1990, dieron buena cuenta de la realidad cubana e internacional desde un punto de vista cultural y estéticamente revolucionario, según las directrices del Gobierno de Fidel Castro y los postulados ideológicos marxistas. Así se describen acontecimientos como la propia revolución cubana, la guerra de Vietnam, el golpe de Estado de Pinochet en Chile... Incluso, en los últimos años se orientan las críticas a las ineficiencias del propio sistema en Cuba. Interesante.

lunes, 28 de marzo de 2011

CINE / 14º Festival de Málaga (2)

"¿Para qué sirve un oso?", de Tom Fernández (Sección Oficial)
El director Tom Fernández, guionista curtido en la mítica serie de humor "Siete vidas" (1999-2006) y autor de una primera película un tanto leve, "La torre de Suso" (2007), consigue con "¿Para qué sirve un oso?" una comedia lograda y amable acerca de los desencuentros entre dos hermanos científicos (biólogo y zoólogo) e, incluso, de carácter didáctico sobre el amor y respeto por la naturaleza. Ambos planos (el de las relaciones fraternales o más personales con otros personajes y el de la reivindicación ecologista) se entrelazan bien, aunque siempre supeditados a un sentido del humor más bien blanco. Pero quizá, por encima de todo, triunfen en el filme las enormes actuaciones de dos expertos en el género como son Javier Cámara y Gonzalo de Castro, con la aportación también interesante de una estupenda Emma Suárez.

domingo, 27 de marzo de 2011

CINE / 14º Festival de Málaga (1)

"Cinco metros cuadrados", de Max Lemcke (Sección Oficial)
El director de "Casual Day" (2007), donde abordaba una trama en un marco de competitividad laboral, saca a la luz en "Cinco metros cuadrados" los trapos sucios del "boom" inmobiliario que ha padecido España en los últimos años. Y lo hace de una manera solvente, con un planteamiento en el que se reparten culpas apropiadamente, no sólo hacia el empresario de la construcción estafador y delincuente, sino también hacia el político consentidor y corrupto, o la ilusionada pareja que es engañada al comprar el piso, pero que mantiene el obsesivo impulso de comprar, alentados por un entorno de muñidores y ventajistas que luego les dan la espalda cuando la cosa se tuerce. Una historia, en fin, que desgraciadamente han vivido en mayor o menor grado muchos, demasiados españoles y que debía ser contada. El cine debe narrar también la realidad que nos circunda y, desde luego, tenemos en este país mucha materia que denunciar y de la que avergonzarnos. Otra cosa es que la película acabe derivando hacia caminos telefilmeros algo más discutibles.

"Amor en tránsito", de Lucas Blanco (Territorio Latinoamericano)
Un planteamiento interesante que acaba traduciéndose en una película con tan poco rumbo como los personajes que la pueblan. Dos hombres y dos mujeres que se entrecruzan en el contexto de una Argentina en plena crisis y que les lleva a emigrar para buscar un mejor destino, aun dañando o rompiendo su vida emocional. Poco se puede destacar del filme, ni una trama sólida, ni unas interpretaciones especialmente convincentes ni unos diálogos particularmente apreciables, salvo la idea de que las complicaciones de las relaciones amorosas se multiplican cunado uno se encuentra en estado de tránsito.

domingo, 20 de marzo de 2011

POLÍTICA / Libia: parar a Gadafi

Parece que las recientes revoluciones de los países árabes han dado con un tope en Libia. Básicamente, han topado con un tipo sin escrúpulos al que le gusta demasiado el poder, acostumbrado al ordeno y mando desde hace mucho, como es Muamar El Gadafi. Todo parecía indicar al principio que sucumbiría como lo han hecho los dictadores de Túnez y Egipto. Pero no. Se ha convertido en el responsable de las masacres contra su propio pueblo, que no le desea más y al que se niega a escuchar. A raíz del baño de sangre que estaba provocando, está siendo decisiva la intervención internacional, avalada por la ONU, que no es una guerra, sino la obligación por la fuerza de que pare precisamente esa guerra civil. Que Gadafi deje de bombardear a su propio pueblo y que se atenga a la realidad: debe dejar el poder y permitir que los libios elijan a su gobernante.

Esperemos que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU se aplique en su sentido correcto: evitar matanzas de civiles y asegurar que se hacen cumplir los deseos del pueblo de Libia. Y esperemos que no haya un mero interés económico por parte de los países que intervienen (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España...). La prueba de que, efectivamente, no fuera así, serían futuras intervenciones en países necesitados de ayuda, por ejemplo, en el contexto de las revoluciones árabes, como Yemen o Bahrein. ¿O esos importan menos?

Y, bueno, que no se comparen las acciones en Libia (aprobadas por la ONU y, en España, por el Congreso) con las de Irak (que no tuvo ninguna de esas autorizaciones). Por favor, que no se insulte a la inteligencia.

martes, 8 de marzo de 2011

ECONOMÍA / Nueva Rumasa, nuevo fracaso

"Quiero también que sepas que mucha de la publicidad y comentarios que de vez en cuando salen en los medios de comunicación, sobre inversiones y puestos de trabajo, forman parte del 'marketing' de cara a la opinión pública, pues a la hora de la verdad, si lo analizas bien, cuando llevamos a efecto alguna operación mercantil, es porque recibimos más de lo que invertimos..."

"Los tiempos no están para invertir, sino para recoger... A veces es bueno aparentar de cara a sostener un clima de confianza y seguridad ante nuestros proveedores y clientes"

José María Ruiz-Mateos (9 de febrero de 2009)


Hay palabras que delatan. Y éstas, extraídas de las cartas enviadas por el "peculiar" ¿empresario? José María Ruiz-Mateos al director general de riesgos del Banco Santander, Javier Peralta, dejan bien clarito que el dinero que Nueva Rumasa ha estado pidiendo los dos últimos años a la gente (a través de pagarés siete veces censurados por la CNMV) no estaba destinado a invertir, como se aseguró, sino a tapar sus propios agujeros. Los que finalmente se han abierto en su holding por la crisis... Y el crecimiento desordenado y poco ponderado. Llueve sobre mojado. Ya ocurrió la otra vez, con Rumasa, un caso diferente pero con un final similar... La historia a veces se repite.

Por cierto, las principales empresas de Nueva Rumasa suspenden pagos, después de que el fondo estadounidense Oaktree, inicialmente interesado en su compra, la haya desestimado, supongo que tras ver el percal que hay dentro...

sábado, 5 de marzo de 2011

SOCIEDAD / Los 110 km/h o la eficiencia energética

El Gobierno acaba de aprobar algunas medidas encaminadas al ahorro energético. Buena parte de ellas son obvias (iluminación eficiente, fomento del transporte público y de las empresas de servicios energéticos...) pero, al focalizarse el debate entorno a la más populista (la reducción del límite de velocidad de 120 a 110 km/h en las carreteras), no estoy seguro de que cale el sentido de la nueva norma: hay que consumir menos energía y hacerlo de forma más, mucho más eficiente. No se puede derrochar, mucho menos en tiempo de crisis, pero sobre todo porque es un gasto absurdo e innecesario que nos perjudica a todos, que en nuestra mano está aportar pequeños detalles. En este sentido, el conducir de una forma más óptima (velocidades adecuadas, con marchas más largas, soltar más amenudo el acelerador en lugar de acelerar y frenar, etc., vaya, cosas que aprendimos en la autoescuela) nos hace reducir el consumo y pagar menos (a veces no nos paramos a pensar y llenamos el depósito sin rechistar como un acto reflejo más) y, por ende, depender menos de la factura petrolífera exterior.

El ahorro de ir a 110 en lugar de 120 km/h es de entre 50 céntimos y 1 euro cada 100 kilómetros, dependiendo mucho del coche; la conservación del buen estado de los neumáticos añade otros 50 céntimos de ahorro cada 100 kilómetros. De forma acumulada con el tiempo, el espacio recorrido y entre los millones de conductores las cifras podrán ser más visibles. Recordemos que España consume cada año cerca de 600 millones de barriles de petróleo (las medidas pretenden ahorrar 28,6 millones de barriles), producto que ahora mismo cuesta unos 115 dólares/barril brent (80 dólares hace justo un año). Echad cuentas... Está claro el camino a seguir, pero ¿por qué tengo la sensación de que se trata de un plan de muy poca enjundia, lleno de lugares comunes y que no ataca el problema de raíz? Ahorrar energía es algo más serio que estas medidas timoratas. Pero es tarea de todos, no sólo del Gobierno.

Nosotros podemos: elegir el vehículo de menor consumo posible, incluso no elegir ninguno en absoluto y aprovechar el transporte público (sobre todo en los desplazamientos donde más se derrocha: en los urbanos), buscar la mayor eficiencia energética tanto en la vivienda como en el equipamiento electrónico y electrodoméstico, racionalizar al máximo nuestro consumo en general (luz, agua, combustibles, etc.). Derrochar no es vivir mejor y ahorrar no es volver a las cavernas. No nos confundamos.

¿Más ideas?