Nueva revisión cinematográfica de la novela de Daphne Du Maurier, que ya había sido llevada a la gran pantalla con similar calidad por Henry Koster en 1952. En este caso es la magnética presencia de Rachel Weisz la que funciona como principal atractivo de la historia del joven que se enamora perdidamente de la mujer de su primo recién fallecido, aunque poco a poco van creciendo las sospechas (por parte de la gente que le rodea y del propio espectador) de que ella puede resultar ser una despiadada cazafortunas. Una conseguida atmósfera de misterio, unas logradas interpretaciones, una ambientación acertada y, sobre todo, una muy dosificada ambigüedad son las bazas de este estupendo drama psicológico.
"Un sol interior" [***], de Claire Denis (Sección Oficial)
Buena comedia romántica centrada en una mujer madura, divorciada y con hijo a cargo (excelente Juliette Binoche), que no renuncia a seguir buscando una relación con sentido; el amor verdadero, por así decir. Aunque por el camino se va topando con la más difícil realidad de las decepciones... Una historia sencilla con la que el espectador se puede identificar inmediatamente y que consigue la empatía a través de las justas dosis de humor.
"England Is Mine" [***], de Mark Gill (Special Screening)
Filme biográfico no autorizado sobre los decisivos años de la juventud del cantante inglés Morrissey (conocido por liderar The Smiths, aunque no, no hay música de la banda en el metraje). El mayor interés de la cinta estriba en conocer algunos detalles de la vida del artista entre 1976 y 1982 (cuando tenía entre 17 y 23 años). Y, efectivamente, parece ser como podría imaginarse: un tipo asocial y tan pagado de sí mismo como inseguro, vagando sin mucho rumbo por un Mánchester áspero hasta poder canalizar su talento musical en un grupo. Pero la película acaba precisamente cuando se junta con Johnny Marr, así que habrá que esperar a una continuación...
"Madame Hyde" [*½], de Serge Bozon (Las Nuevas Olas - Ficción)
Un planteamiento atrevido, el de una apocada profesora de la que se burlan sus propios alumnos, hasta que una descarga la transformará en una docente brillante capaz de sacar lo mejor a sus pupilos. Pero el desarrollo se produce a trompicones, de forma desigual y crecientemente raruna. El resultado es que la idea podría haber dado mucho más de sí, aunque la sola presencia de Isabelle Huppert es capaz de suplir algunas carencias.
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