domingo, 31 de mayo de 2020

LIBROS / "La izquierda de Hollywood" (2002), de Paul Buhle y Dave Wagner

Al fin se ha traducido al español "La izquierda de Hollywood", el profundo análisis de Paul Buhle y Dave Wagner que desvela la visión progresista de la época dorada del cine estadounidense: especialmente los años 30 y 40. El libro enumera el nutrido grupo de directores, actores, guionistas, etc. que aportaron su trabajo para ayudar a crear uno de los periodos más gloriosos del Séptimo Arte, y detalla con gran precisión el enfoque izquierdista que confirieron a bastantes obras (más de las que se puede pensar en un principio), aportándoles un valor humanista y de crítica social mucho más profundo que las meras consignas ideológicas.

El gran talento de estos artistas produjo maravillas como "El enemigo público" (William A. Wellman, 1931), "Tiempos modernos" (Charles Chaplin, 1936), "La mujer marcada" (Lloyd Bacon, 1937), "Caballero sin espada" (Frank Capra, 1939), "El gran dictador" (Charles Chaplin, 1940), "Historias de Filadelfia" (George Cukor, 1940), "El halcón maltés" (John Huston, 1941), "Casablanca" (Michael Curtiz, 1942), "La llama sagrada" (George Cukor, 1942), "El sol sale mañana" (Roy Rowland, 1945), "El extraño amor de Martha Ivers" (Lewis Milestone, 1946), "Encrucijada de odios" (Edward Dmytryk, 1947), "Monsieur Verdoux" (Charles Chaplin, 1947), "La ciudad desnuda" (Jules Dassin, 1948) o "El ídolo de barro" (Mark Robson, 1949). Muchos filmes se concentraron en el cine negro para expresar mejor su crítica a la deshumanización del capitalismo pero, lo más sorprendente, su influencia caló en géneros inesperados: desde la comedia al western. En cualquier caso, sin el trabajo enorme de estas personas el cine clásico tal como lo conocemos habría perdido muchas obras maestras.

Capítulo aparte merece la Caza de Brujas, la etapa más negra de la democracia estadounidense y que tuvo como objetivo cerril la persecución en Hollywood de las ideas que sonaran a progresistas bajo la simple y torticera acusación de estar a las órdenes de Stalin. El ajuste de cuentas llegó con "Solo ante el peligro" (Fred Zinnemann, 1952), la directa acusación contra los inquisidores encabezados por el senador Joseph McCarthy y la última película "roja" de este espléndido y fructífero periodo.

sábado, 16 de mayo de 2020

LIBROS / "Billy Wilder: nadie es perfecto" (1992), de Hellmuth Karasek

Es una gozada leer este repaso a la carrera cinematográfica del maestro Billy Wilder que el periodista alemán Hellmuth Karasek publicó en 1992 tras años de conversaciones con el genio austríaco. Escrita en orden cronológico, la obra abarca desde sus inicios como periodista en Viena, su huída por el nazismo, su primera experiencia como (co)director en Francia y después en Estados Unidos, donde se consagró como guionista para otro maestro, Ernst Lubitsch, hasta desarrollarse como director en Hollywood. En el libro se van conociendo detalles de todas sus películas, de sus valoraciones sobre la creación, el rodaje, los problemas de producción, las relaciones con los actores, la satisfacción (o no) final con cada obra... Destacan pasajes como el balance con sus colaboradores en la escritura (básicamente, Charles Brackett e I.A.L. Diamond), su amistad con Marlene Dietrich o con Jack Lemmon y Walter Matthau, sus tensas relaciones profesionales con Marilyn Monroe, su decidida defensa de la libertad de expresión en la Caza de Brujas, sus opiniones sobre otros directores... Y, desde luego, es maravilloso conocer los entresijos que dieron lugar a incontestables obras maestras del Séptimo Arte como "Perdición" (1944), "Días sin huella" (1945), "El crepúsculo de los dioses" (1950), "El gran carnaval" (1951), "Sabrina" (1954), "La tentación vive arriba" (1955), "Testigo de cargo" (1958), "Con faldas y a lo loco" (1959), "El apartamento" (1960), "Uno, dos, tres" (1961), "Irma la dulce" (1963), "Bésame, tonto" (1964), "En bandeja de plata" (1966), "La vida privada de Sherlock Holmes" (1970), "¿Qué ocurrió entre tu padre y mi madre?" (1972) y "Primera plana" (1974).