sábado, 15 de febrero de 2020

MÚSICA / El último vuelo de Barón Rojo

Cuarenta años después de su creación, Barón Rojo, una de las bandas más importantes (si no la más) del heavy-rock español, pone fin a su carrera con una gira nacional e internacional de despedida, tal llegó a ser su alcance mundial. Es agridulce comprobar cómo a pesar de su calidad compositiva, navegando siempre entre el blues-rock duro más clásico y el metal, su alto nivel técnico (Armando de Castro es sin duda uno de los grandes guitarristas del género) y su cantidad de temas míticos, el grupo no acaba de lograr el merecido reconocimiento masivo de su estatus de superestrellas. Quizá haya influido en su falta de consolidación definitiva el hecho de que la banda se partiera con la temprana marcha del carismático bajista y co-compositor Sherpa y del batería Hermes Calabria, dejando un rastro de desencuentros personales con los hermanos De Castro. En cualquier caso, los 80 fueron de Barón Rojo y su influencia desde entonces ha sido incontestable, si bien su ascendiente en el heavy no ha sido igualado.

El viernes 14 de febrero en el Lava de Valladolid, Barón Rojo dieron todo lo que pueden dar a estas alturas, y eso que Carlos de Castro, guitarrista y cantante, va con zapato ortopédico a la espera de una operación que se deberá posponer hasta que concluya la gira en diciembre (¡eso es amor al arte!). Fueron nada menos que dos horas y cuarto de concierto recorriendo su amplia discografía, aunque, lógicamente, haciendo paradas más detalladas en álbumes como "Larga vida al rock and roll" (1981), "Volumen brutal" (1982) o "Metalmorfosis" (1983), auténticas obras maestras del género. Lo dan todo en el escenario y les sobran tablas, y la calidad y animosidad del batería y del bajista (ambos estupendos virtuosos) conforman un combo compacto, unido y que se deja la piel. Su amor por la música se transmite con facilidad al público y su despedida del cocnierto solo hace el momento más agridulce aún...

Antes actuaron otros clásicos del heavy ochentero: Obús. Comandados por el cantante Fortu, que mantiene en buena forma su voz dramática a lo Rob Halford (Judas Priest), así como su actitud chulesca en escena y de conexión con la audiencia a lo Mick Jagger (The Rolling Stones), la banda repartió con eficacia y entrega sus mejores temas, esos que pertenecen a la edad dorada del heavy español. Eso fue más que suficiente, fue estupendo.