martes, 29 de diciembre de 2020

CÓMIC / "El invierno del dibujante" (2010), de Paco Roca


El conocido historietista español Paco Roca realiza en "El invierno del dibujante" una evidente defensa del autor de cómics como dueño de su propia obra. Algo que actualmente no tiene discusión pero que en otra época no era así, puesto que las editoriales se quedaban con los derechos de los personajes inventados por sus considerados meros empleados y no artistas, como realmente son. La obra relata un momento histórico, cuando cinco dibujantes estrella (Guillermo Cifré -creador del repórter Tribulete o Cucufato Pi-, Carlos Conti -El loco Carioco, Apolino Tarúguez-, José Escobar -Zipi y Zape, Carpanta y Petra, criada para todo-, Eugenio Giner -El inspector Dan- y José Peñarroya -Don Pío, Pepe, el hincha-) abandonaron la editorial Bruguera en 1957 para fundar su revista "Tío Vivo". Desgraciadamente, el intento quedó en eso (debido en buena medidas a las presiones de Bruguera) y acabaron volviendo a su "casa" al año siguiente.

Una historia muy simbólica de una época ya afortunadamente pasada y en la que también se alude a la represión franquista sufrida por muchos de ellos. De hecho, tanto artistas como empresarios vivieron el desprecio laboral cuando no la cárcel. Técnicamente, el dibujo de "El invierno del dibujante" es claro y recrea muy bien todos los detalles de los años 50. Además, la narración juega con saltos temporales, remarcados por tonos de colores cálidos (cuando los historietistas toman la decisión de irse) y fríos (cuando regresan).

domingo, 13 de diciembre de 2020

LIBROS / "El encargo" (2019), de Javier Melero


El abogado Javier Melero ejerció como defensor en el célebre juicio del procés de Joaquim Forn y de Meritxell Borràs, respectivamente, ex Consejero de Interior y ex Consejera de Gobernación, Vivienda y Administraciones Públicas de la Generalitat de Cataluña. Fruto de esa experiencia, y como terapia personal, ha publicado un libro que, más allá de su ya de por sí relevante interés por conocer los entresijos procesales, está escrito con soltura, ironía, desparpajo, sabiduría y ponderación. Una vez concluido su trabajo puede distanciarse (aún más de lo ya conocido) de sus ya antiguos clientes: Javier Melero no es independentista ni sus ideas están mínimamente cerca de ese movimiento. Y lo dice a la cara. Lo que no implica que tenga demostrar nada al respecto. Su trabajo es su trabajo y sus ideas son sus ideas. Unas ideas, en todo caso, tan respetables como alejadas de extremismos nacionalistas (españolistas y catalanistas), lo que supongo que en los últimos años ha debido de ser muy penoso para él.

Pero lo relevante en este caso es que ha escrito un libro crucial por la relevancia de los hechos acontecidos, muy ameno (tratándose del ámbito jurídico), excelentemente explicado y, sobre todo, en el que dibuja perfiles personales de sus compañeros de profesión, de políticos catalanes y no catalanes, de policías, mossos, jueces, fiscales, periodistas, etc., que son una gozada para alguien mínimamente interesado por la realidad que nos afecta. Su tarea, eso sí, siempre está clara: luchar por demostrar que los líderes del procés no eran culpables de rebelión, al no haber violencia de por medio. Al final, lo consiguió. También nos ofrece un panorama de una justicia que funciona, solvente e imparcial, a pesar de que luego pululen individuos más validos que otros (ojo al profundo respeto que muestra por el juez Marchena, no así por la patética acusación particular de Vox). Y, además, la prosa es ágil, los retratos afilados y el estilo tan perspicaz casi como un relato del detective Pepe Carvalho, del gran Vázquez Montalbán.