A pesar de que la temporada comenzó con nubes y claros: la ilusión de estrenar un magnífico estadio, el Metropolitano, pero con dudas por un juego poco vistoso y la losa del castigo de la UEFA de no poder fichar hasta la ventana invernal, el Atlético de Madrid ha concluido la 2017/18 con un balance notable. Cierto que caímos ante el Sevilla en octavos de la Copa del Rey y que descendimos desde la Champions a la Europa League tras la fase de grupos (merecidamente, al no poder ganar ni al Qarabaj). Pero, ojo, que hemos quedado segundos en Liga, por detrás, sí, del Barça, pero por delante del Real Madrid. Nada más y nada menos. Todos sabemos que los números del cuadro rojiblanco podrían haber dado para ganar la Liga si no conviviésemos con las cifras astronómicas que ha realizado el club barcelonista liderado por Messi (a punto de no haber perdido un solo encuentro; al final solo perdieron uno, en la penúltima jornada e inesperadamente ante el Levante). Por eso tiene tantísimo mérito esa segunda plaza atlética, con 79 puntos y solo 22 goles encajados: el tercer trofeo Zamora consecutivo para Oblak, sin duda el mejor portero del mundo en la actualidad.
Eso sí, esos 54 goles a favor nos dejan en un discreto séptimo lugar y evidencian uno de los problemas de este año: ha faltado gol. Griezmann ha brillado al final, pero ha tenido también sus momentos espesos. En cualquier caso, espero que el delantero galo se quede y ayude a conformar un equipo más grande para afrontar futuros retos, al hilo del triunfo en la Europa League, la tercera para el club (nuestro séptimo título internacional). Esta victoria debe volver a abrirnos el apetito de más y hacernos ver que este Atlético de Madrid es muy grande, probablemente está viviendo su mejor época en la historia, y ello hay que refrendarlo con más triunfos. De cara a la próxima temporada ya está a la vista la Supercopa de Europa. Sería también nuestra tercera. Y, por supuesto, no podemos dejar pasar la deseada Champions League, cuya final se celebrará precisamente en el Metropolitano. Pero para ello, insisto, hay que conformar un equipo aún más grande. Tenemos magníficos jugadores, pero algunos ya cada vez más veteranos, y hay que reforzar muchas posiciones. Aunque en el banquillo tenemos un seguro: Simeone, un ganador nato que nos está llevando a alturas (casi) nunca vistas. De momento, el Cholo ya ha igualado el récord de ganar seis títulos como entrenador que tenía Luis Aragonés. Pero queremos más, mucho más...
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