El otro cabeza de cartel tampoco era para menos: los galeses Manic Street Preachers defendieron en un concierto magnífico (solo enturbiado por la lluvia que cayó en las primeras cinco o seis canciones) un cancionero que comenzó a principios de los 90 y que se mantiene bien vivo actualmente, sobre todo a raíz de su estupendo último disco, "Critical Thinking" (2025). ¡Y qué bueno que es James Dean Bradfield a la guitarra! En un segundo nivel, pero también notable se situaron otras actuaciones. Los estadounidenses The Lemon Twigs, banda formada por los jóvenes hermanos D'Addario tienen ese insultante descaro y virtuosismo como para crear en la actualidad canciones pop que suenan totalmente a los 60 y 70. Pero son temas con entidad propia y una factura técnica impresionante. A pesar de algún problema inicial de sonido, acabaron sonando como siempre, excelsos. Y qué decir de Lucinda Williams, esa maestra estadounidense del rock-country-folk que sigue de gira a pesar de haber sufrido un ictus en 2020. Ya no puede tocar la guitarra y tiene que leer sus propias letras pero qué maravillosa actitud y qué tremendo grupo le acompaña.
Por detrás, pero también con alto interés, el country-rock de Reckless Kelly, el blues-southern-rock de Robert Jon & The Wreck, el peculiar pop-rock de Richard Hawley, la psicodelia de The Flaming Lips, el postpunk de Public Image Ltd (PiL) o el punk de Dead Kennedys.
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