Pasada la jornada 19 se alcanza la primera vuelta de la Liga. Salvo este año, que, por diversos aplazamientos, nos encontramos con que el Atlético de Madrid solo lleva 17 encuentros disputados, o Real Madrid y Barcelona, 18. Una excepcionalidad puntual (en marzo se habrán recuperado ya todos los partidos pendientes) que no impide que el club rojiblanco lidere con claridad la clasificación. A siete puntos de los merengues (que pueden ser 10 o 13) y a 10 de los culés (que pueden ser 13 o 16). Un hecho inédito desde hace mucho tiempo y que da muestra de la solidez y eficacia con que se ha presentado el equipo esta temporada, con unos números que suponen el récord de la era Simeone (un nuevo Simeone algo más valiente, parece). Nada menos que 14 victorias y solo dos empates y una derrota, con 33 goles a favor (el segundo mayor guarismo, tras el Barcelona) y siete en contra (un año más, los menos goleados).
Eso vuelve a decir mucho de un Oblak imperial que sigue demostrando por qué es uno de los mejores guardametas del mundo, acompañado de una de las defensas más sólidas, claro, donde Felipe, Giménez, Savic, Mario Hermoso, Vrsaljko o Trippier, todos funcionan a un gran nivel. Pero lo más llamativo, y que supone una sustancial diferencia con los últimos años, es el balance ofensivo tan favorable. La llegada de Luis Suárez ha supuesto, desde luego, el esperado revulsivo arriba. No en vano, el jugador se sitúa como pichichi del campeonato, empatado nada menos que con su excompañero Messi. Eso sí, la salida de Morata y la marcha de Diego Costa requerían algún refuerzo más, porque la edad de Suárez apunta a que necesitará ayuda. Esperemos que la solución complementaria sea Moussa Dembélé. A ello debemos sumar el estupendo nivel (en distintas posiciones) de Marcos Llorente, Carrasco, Correa o Koke, y las interesantes aportaciones de los nuevos Torreira y Kondogbia, aunque continuamos esperando más de Joao Felix, Lemar o Saúl.
Así las cosas, afrontamos la segunda parte de la temporada con la ilusión de lograr la Liga, si mantenemos nuestras fortalezas (se agradecería también subir un peldaño la calidad de juego). Pero no debemos olvidar el fracaso de haber sido eliminados de la Copa del Rey, y por tercer año consecutivo, por un equipo inferior como ha sido, en este caso, el Cornellá, de Segunda B. Hay que sacar lecciones para afrontar los retos que vienen: no solo el campeonato nacional, sino también la Champions, pues en octavos nos veremos con el Chelsea. La cosa se pone seria, pero estamos a un paso de tocar la gloria este año.
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