Al fin se ha traducido al español "La izquierda de Hollywood", el profundo análisis de Paul Buhle y Dave Wagner que desvela la visión progresista de la época dorada del cine estadounidense: especialmente los años 30 y 40. El libro enumera el nutrido grupo de directores, actores, guionistas, etc. que aportaron su trabajo para ayudar a crear uno de los periodos más gloriosos del Séptimo Arte, y detalla con gran precisión el enfoque izquierdista que confirieron a bastantes obras (más de las que se puede pensar en un principio), aportándoles un valor humanista y de crítica social mucho más profundo que las meras consignas ideológicas.
El gran talento de estos artistas produjo maravillas como "El enemigo público" (William A. Wellman, 1931), "Tiempos modernos" (Charles Chaplin, 1936), "La mujer marcada" (Lloyd Bacon, 1937), "Caballero sin espada" (Frank Capra, 1939), "El gran dictador" (Charles Chaplin, 1940), "Historias de Filadelfia" (George Cukor, 1940), "El halcón maltés" (John Huston, 1941), "Casablanca" (Michael Curtiz, 1942), "La llama sagrada" (George Cukor, 1942), "El sol sale mañana" (Roy Rowland, 1945), "El extraño amor de Martha Ivers" (Lewis Milestone, 1946), "Encrucijada de odios" (Edward Dmytryk, 1947), "Monsieur Verdoux" (Charles Chaplin, 1947), "La ciudad desnuda" (Jules Dassin, 1948) o "El ídolo de barro" (Mark Robson, 1949). Muchos filmes se concentraron en el cine negro para expresar mejor su crítica a la deshumanización del capitalismo pero, lo más sorprendente, su influencia caló en géneros inesperados: desde la comedia al western. En cualquier caso, sin el trabajo enorme de estas personas el cine clásico tal como lo conocemos habría perdido muchas obras maestras.
Capítulo aparte merece la Caza de Brujas, la etapa más negra de la democracia estadounidense y que tuvo como objetivo cerril la persecución en Hollywood de las ideas que sonaran a progresistas bajo la simple y torticera acusación de estar a las órdenes de Stalin. El ajuste de cuentas llegó con "Solo ante el peligro" (Fred Zinnemann, 1952), la directa acusación contra los inquisidores encabezados por el senador Joseph McCarthy y la última película "roja" de este espléndido y fructífero periodo.
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