Hay veces en las que una película es más importante por lo que cuenta que por cómo lo cuenta. Siendo un buen filme, "Todos estamos invitados" -de Manuel Gutiérrez Aragón- podría ser mejor cinematográficamente hablando, pero el drama que narra es mayúsculo: en el País Vasco, un profesor de universidad (José Coronado) critica públicamente a ETA, haciendo uso de su libertad de expresión. Y, a partir de ahí, empiezan a cambiar muchas cosas. Cierta gente le empieza a acosar por sus ideas, pide escolta y es entonces cuando ya aparece como marcado, apestado. Una presión social, de origen minoritario, pero apoyada por el silencio de muchos, empieza a crecer. Incluso llega al ámbito de sus amistades: mientras unos miran para otro lado, otro le amenaza directamente de muerte. Son varias las escenas escalofriantes de un drama que cobra mayores dimensiones, porque sigue siendo una realidad hoy en día. Sólo por eso resulta imprescindible su visionado. Lee la crítica en CINELANDIA.
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