

El maestro chino Zhang Yimou ("Semilla de crisantemo" -1990-, "Hero" -2002-) afronta con desenvoltura esta versión de "Sangre fácil" (1984), la primera película de los hermanos Coen. Mantiene las claves de cine negro y retorcido del original, y le aumenta las dosis de humor entre naíf y macabro, para trasplantar la historia a la China medieval. En este caso, una concubina trata de librarse de su tiránico amo, mientras se van sucediendo una serie de imprevistos a caballo entre el azar y lo absurdo. Como es habitual en el director, la fotografía es mágica y envolvente, lo que refuerza el sentido onírico que a veces toma la trama. Lo dicho, en fin, el espíritu se conserva, pero... ¡La idea ya estaba contada!

Rusia ya tiene su superhéroe, mitad Marty McFly ("Regreso al futuro" -1985-) mitad (evidentemente) el Coche Fantástico, que se encarga de salvar a la ciudad de Moscú, a lomos de su automóvil Volga de fabricación soviética (el susodicho "Black Lightning"), de las garras del malvado nuevo rico con ansias de poder. La historia no deja de ser un producto comercial dirigido a adolescentes, pero a los de los años 80, más inocentes y que creían en la bondad, el ser humano, ayudar a la gente y esas cosas que ahora ya no se estilan tanto. Por eso puede resultar algo naíf, algo retro... Pero funciona como peli de aventuras que pone sobre la mesa valores humanos importantes, aderezados, eso sí, con una historia de amor algo tontuna. Te divertirás si vas sin mayores perspectivas y tienes buen corazón.
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