
La historia de un superhéroe sin poderes, que actúa contra el crimen según su particular criterio y que navega entre la entrega desinteresada y el simple transtorno mental, le sirve a James Gunn para realizar una estupenda parodia desmitificadora del género. Rainn Wilson y Ellen Page lo bordan como el descacharrante "Rayo carmesí" y su desatada ayudante "Rayito", y el humor y los toques gore marca de la casa (Gunn se crió en la factoría Troma) redondean una película divertida, desenvuelta y fascinante, a medio camino entre "El vengador tóxico" (Michael Herz y Lloyd Kaufman, 1984) y "Kick-Ass, listo para machacar" (Matthew Vaughn, 2010), pero con resultados bastante más consistentes.

Paco Cabezas lleva al largo su cortometraje "Carne de neón" (2005) y obtiene una película correcta, mejor cuando se decanta por un estilo más personal que cuando opta por el mero mimetismo de cinestas como Guy Ritchie. Ahí están los barrios bajos y la gente sin futuro entregada al delito, y también el estilo que cabalga entre el humor absurdo y la violencia gratuita. Pero el filme gana más enteros gracias a las actuaciones personales e inimitables de Vicente Romero (impresionante Angelito) y Dámaso Conde (como La Infantita) que con una historia que flojea en la construcción argumental, aunque resuelve bien y con gracia la historia.
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