martes, 12 de octubre de 2010

CINE / 43º Festival de Cine Fantástico de Sitges (y 4)

Bueno, pues hasta aquí hemos llegado en este magnífico festival. Quiero volver a resaltar, no sólo la buena organización general del mismo (aunque mejorable), sino la gran capacidad de vivirlo de los asistentes. El público no duda bien en aplaudir hasta la cortinilla oficial (muy buena, basada en "El resplandor", de Stanley Kubrick, de la que se cumple el 30 aniversario) o los títulos de crédito en los que aparecía el fallecido Christopher Reeve (en el caso de "En algún lugar del tiempo", de Jeannot Szwarc) o muchas escenas de las magníficas "Sound Of Noise", "Super" y "Fase 7", o bien escindirse entre pitos y aplausos cuando hay división de opiniones (como en la historia de amor de "Black Lightning"). El caso es vivir el cine con intensidad y aquí se hace.

"Super" (2010), de James Gunn (Sección Oficial Fantàstic Gales)
La historia de un superhéroe sin poderes, que actúa contra el crimen según su particular criterio y que navega entre la entrega desinteresada y el simple transtorno mental, le sirve a James Gunn para realizar una estupenda parodia desmitificadora del género. Rainn Wilson y Ellen Page lo bordan como el descacharrante "Rayo carmesí" y su desatada ayudante "Rayito", y el humor y los toques gore marca de la casa (Gunn se crió en la factoría Troma) redondean una película divertida, desenvuelta y fascinante, a medio camino entre "El vengador tóxico" (Michael Herz y Lloyd Kaufman, 1984) y "Kick-Ass, listo para machacar" (Matthew Vaughn, 2010), pero con resultados bastante más consistentes.

"Carne de neón" (2010), de Paco Cabezas (Sección Oficial Fantàstic Gales)
Paco Cabezas lleva al largo su cortometraje "Carne de neón" (2005) y obtiene una película correcta, mejor cuando se decanta por un estilo más personal que cuando opta por el mero mimetismo de cinestas como Guy Ritchie. Ahí están los barrios bajos y la gente sin futuro entregada al delito, y también el estilo que cabalga entre el humor absurdo y la violencia gratuita. Pero el filme gana más enteros gracias a las actuaciones personales e inimitables de Vicente Romero (impresionante Angelito) y Dámaso Conde (como La Infantita) que con una historia que flojea en la construcción argumental, aunque resuelve bien y con gracia la historia.

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