
Sólo hay que echarle un vistazo al
excelente libro de Ramón Tamames, "El siglo de China", para comprender el porqué de las
recientes revueltas en la provincia autónoma china de Xinjiang. La centenaria presión de los
Han ("los civilizados del centro"), que suponen el 91% de la población china, sobre los
Yi ("los salvajes de la periferia"), se ha traducido hoy en que
las 55 etnias minoritarias (Zhuang, Manchú, Hui, Miao, Uigur, Tujia, etc.) abarquen apenas 110 millones de personas, una nimiedad frente a los más de 1.300 millones que habitan el país oriental. Y, más concretamente,
los uigures han sufrido en los últimos sesenta años una espectacular dilución de su presencia en su propia región de Xinjiang, donde ahora los Han son ligeramente mayoritarios. La formal autonomía que supuestamente disfruta la zona parece más bien un caramelo mientras el Gobierno aprovecha bien los recursos minerales de la tierra. La máquina china funciona de forma aplastante en todos los órdenes.
Estas y otras contradicciones, a veces escandalosas, a veces aleccionadoras, siempre interesantes, son desglosadas con la habitual maestría por el economista Ramón Tamames en esta especie de introducción general sobre
China: su historia, sociedad, cultura, política y, obviamente, haciendo hincapié en el lado económico y financiero que genera la futura primera potencia del mundo.
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