miércoles, 29 de octubre de 2008
CINE / "Retorno a Hansala", lo mejor de la sección oficial de la Seminci 2008
Chus Gutiérrez, directora de "Retorno a Hansala"
Problemas de (des)organización aparte, centrémonos en el cine visto en la Seminci. De entre lo proyectado el pasado fin de semana, lo mejor de la sección oficial sin duda ha sido "Retorno a Hansala", lo nuevo de Chus Gutiérrez. La película parte del caso real de la patera (una de tantas) que naufragó hace unos años cerca de la costa gaditana. A partir de aquí, la cámara se adentra en lo que nunca se conoce: el trasfondo de la historia, las familias de los fallecidos, la problemática social que mueve a emigrar a otros países para ganarse el pan. El éxito del filme estriba, no sólo en apuntar a esa problemática social, sino también en saber combinarla sabiamente con la relación personal que se establece entre el dueño de la funeraria (excelente José Luis García Pérez) con la hermana de uno de los muertos (la enigmáticamente bella Farah Hamed). También los momentos en el pueblo originario marroquí, el susodicho Hansala, mezclan el profundo drama de la pobreza con el espíritu abierto y optimista de sus gentes (a veces parece un documental sociológico) y trazas de humor por el choque cultural que terminan de dar el empaque a esta excelente cinta, quizá la mejor de Chus Gutiérrez ("Sexo oral" -1993-, "Alma gitana" -1995-, "El calentito" -2004-).
También en la sección oficial tuve la oportunidad de ver la nórdica "Los momentos eternos de María Larsson", que narra a veces mejor que otras la larga historia de un ama de casa, su afición por la fotografía y su problemático marido, entremezclándolo con momentos históricos reseñables del primer cuarto de siglo. Pues eso, un filme algo irregular, aunque siempre mantiene el interés. Por último, "La mujer del anarquista", dirigida por el matrimonio franco-alemán formado por Marie-Nöelle y Peter Sehr, habla sin excesivo acierto de los efectos de la guerra civil española en diversos personajes (familiares y de ambos bandos, para que haya para todos) en Madrid, centrándose especialmente en un líder anarquista (Juan Diego Botto, que a veces está para matarle -cinematográficamente, claro-) y su mujer (muy buen papel de María Valverde). Luego el foco de atención se desplaza a la represión franquista y la huida a Francia, que podría haber tenido más interés si se hubiese hecho más hincapié en esto. El resultado, muy deslavazado y con la sensación de que se ha hecho un pastiche de muchas cosas.
Un peliculón de Imamura
En las secciones paralelas, que también existen, pude gozar de un estupendo clásico del japonés Shohei Imamura, "Deseo insatisfecho" o "Deseo eterno", que de las dos maneras se anuncia. Claro, como desgraciadamente nunca se llegó a estrenar en España, hay que buscarle nombre ahora. La cinta, de 1958, es una magnífica mezcla de cine negro y comedia a costa de una pandilla de ineptos que quedan años después de la Segunda Guerra Mundial para robar un botín de medicamentos con el fin de revenderlos. Pero todo sale distinto a como esperaban. Por medio, una auténtica "femme fatale" que comerá la moral a los demás. En cambio, de Bo Widerberg vi "Elvira Madigan" (1967) un a ratos francamente aburrido largometraje basado en una historia real de finales del siglo XIX: un conde que dejó a su familia y desertó del ejército por el amor de una trapecista. Ambos se dedican a vivir el momento sin pensar en cuestiones materiales, por lo que se acaba convirtiendo en una relación sin salida. El argumento podría haber dado mucho más de sí que en manos de Widerberg, desde luego. Finalmente, en la sección Punto de Encuentro, "4000 euros", del inglés afincado en nuestro país Richard Jordan, dejó algunas muestras de lo que podría hacer con más presupuesto y un guión más trabajado. Pero el resultado no me disgustó, destacando por encima de todo la interpretación de Marta Larralde.
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