Pues hasta aquí hemos llegado. Nos despedimos de San Sebastián un año más en una edición del festival que podemos calificar de un nivel bueno e interesante. Quizá han faltado grandes películas (de esas que hay pocas) pero, en compensación, nos hemos ahorrado importantes tostones (a excepción del insoportable Kim Ki-duk de "Amén", claro).
"Tyrannosaur" (2011), de Paddy Considine (Zabaltegi Perlas)
El estreno en la dirección del actor Paddy Considine es un retrato realmente duro de un hombre y una mujer que, por distintas circunstancias, se encuentran a la deriva en sus vidas. Hay escenas ciertamente crudas y ásperas, propias de esas personas que ni quieren ni pueden ni saben ser ayudadas, pero el director se las apaña para dotar a esos personajes de una fuerza de voluntad que, en última instancia, introduce al menos el deseo de cambiar y mejorar, lo que da al filme una verosimilitud mayor. Las estupendas interpretaciones de Peter Mullan y Olivia Colman, desde luego, ayudan a dar consistencia a una película que se basa claramente en sus actuaciones.
"La voz dormida" (2011), de Benito Zambrano (Sección Oficial)
Sigue habiendo polémica, heridas abiertas cuando se trata de la Guerra Civil o, en este caso, de la represión franquista inmediatamente posterior. En "La voz dormida" podemos hablar de personajes en blanco y negro, buenos y malos, pero, precisamente, en esa época es cuando más nítida era la situación: los vencedores humillaron a placer a los perdedores. Más de acuerdo puedo estar en el tono quizá en exceso melodramático del filme, originado en todo caso por la propia (y verdadera) tragedia vivida por la protagonista, bien interpretada por Inma Cuesta. Mejor, en cambio, resulta el personaje, recreado con una mayor gama de matices por María León. En todo caso, una película lo suficientemente lograda como para que nos haga recordar lo que jamás debió ocurrir, lo que nunca debemos permitir que vuelva a pasar.
"Los Marziano" (2011), de Ana Katz (Sección Oficial)
Poco a poco se va tejiendo una película en la que se nos presentan unos personajes peculiares, unidos por lazos familiares, pero separados por la falta de entendimiento y comprensión entre ellos. Diversas escenas irán dando un toque ligero de humor a situaciones que más propiamente podrían dar vegüenza ajena. Y, de esta manera, se acaba conformando un filme que, sin alcanzar un gran empaque, resulta curioso. Menor, pero interesante.
"Rampart" (2011), de Oren Moverman (Sección Oficial)
Aunque parte de un argumento del reputado escritor de novela negra James Ellroy (que ha dado pie a filmes tan interesantes como "La Dalia Negra" -Brian De Palma, 2006-, "L.A. Confidential" -Curtis Hanson, 1997-), "Rampart" es un retrato difuso de un policía que hace las cosas a su manera (con brutalidad, vaya). La intepretación de Woody Harrelson puede convencer, pero no tanto el desarrollo de los personajes y la trama general, en fin, que, sin resultar mala, cae en lugares comunes y entretiene lo justo.
"Happy End" (2011), de Björn Runge (Sección Oficial)
Estos nórdicos están llenos de traumas. "Happy End", como muchas otras obras del norte de Europa rebosan de falta de comunicación en las parejas, de carencia de afectividad en las relaciones... Aquí asistimos a la doble relación de una chica que, por un lado, es maltratada por su pareja, y por otro es pagada para mantener una relación con un tipo bueno pero inestable. En fin, la diferencia con otros filmes similares es que, a pesar de todo, puede haber una vía para arreglar las cosas...
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