PERIODISMO / El valor de Wikileaks

Operativa desde 2007, la web Wikileaks (www.wikileaks.org) está realizando una labor absolutamente encomiable en la divulgación de información de Gobiernos (sobre todo de Estados Unidos, aunque también de otros) obtenida por filtraciones, por lo que las fuentes están hiperprotegidas. El recurso a las filtraciones viene derivado de la falta de transparencia de las instituciones públicas, que sistemáticamente se niegan a facilitar informaciones que deben conocer sus legítimos interesados: los ciudadanos, en los que reside precisamente el poder de elegir esas instituciones que tienen la obligación de representarles. La excusa de la seguridad nacional no puede ser obstáculo para el conocimiento de las acciones de tu Gobierno. Cuando en su momento se reveló el Watergate (el espionaje de Nixon al Partido Demócrata) o los Papeles del Pentágono (la implicación de Estados Unidos en el conflicto de Indochina) no se quebró ninguna seguridad y sí salió a la luz la verdad que hizo que la gente tuviera la información necesaria para decidir mejor su futuro. Esto es algo clave en democracia. Y un deber del periodismo. Del verdadero periodismo, alejado de los chafardeos a que nos tiene acostumbrados con demasiada frecuencia. Chapó por Julian Assange, director de Wikileaks, y por El País, por ser uno de los cinco periódicos que está actualmente publicando los más de 250.000 documentos del Departamento de Estado norteamericano enviados a sus embajadas en los últimos dos años. Sus revelaciones nos destapan maniobras y presiones de Estados Unidos en relación con Irán, China, Argentina, Venezuela, Italia, Rusia, la ONU o la propia España, entre otros objetivos.