lunes, 20 de septiembre de 2010

CINE / 58º Festival de San Sebastián (2)

Sigue el tono regularcillo de la sección oficial, con la aburrida suizo-alemana "Colours In The Dark". Aunque el cine español nos ha dado una agradable sorpresa con "El gran Vázquez", un homenaje en toda regla a la época de oro del cómic de este país.

Domingo 19 de septiembre de 2010

"El gran Vázquez" (2010), de Óscar Aibar (Sección Oficial)
Una historia digna de contarse en la gran pantalla. La vida de Manuel Vázquez, el creador de personajes de cómics tan famosos como "Anacleto, agente secreto", "Las hermanas Gilda", "La familia Cebolleta" o "El tío Vázquez", para la mítica editorial Bruguera, fue de todo menos normal. Moroso profesional, experto en el escaqueo en el curro, cabeza de varias familias simultáneamente, reo por estafa, vividor incansable, en fin... Y, junto a ello, su arte gráfico y humorístico, que iluminó la triste España de los años 50 y 60. Aibar consigue transmitirnos bien el contexto, la Barcelona de la época (aunque nadie habla ni con acento catalán) y dirige con soltura un filme que se hace agradable de ver mientras uno asiste impertérrito a todas las aventuras y desventuras del protagonista. Por cierto, algo me dice que Santiago Segura tendría más de una conexión personal con Vázquez y que su interpretación es más visceral que técnica. Menos mal que hay una buena galería de secundarios (a destacar Álex Angulo, como el gris contable, Enrique Villén, como el director de Briguera, y Mercè Llorens, como una de las esposas del dibujante) y que la historia es tan interesante y sorprendente que se sostiene por sí misma.

"Satte Farben vor Schwarz" -"Colours In The Dark"- (2010), de Sophie Heldman (Sección Oficial)
Poco aporta esta película, que retrata a un anciano matrimonio cuyo marido descubre tener cáncer de próstata. Una enfermedad, por cierto, indolora y muy progresiva, que permite una relativa calidad de vida. Pero el caso es que ese hecho es el detonante de un desencuentro acerca de si se quiere o no estar juntos hasta la muerte. El caso es que todo está contado con poco gancho y mucha lentitud, y ni siquiera la presencia de Bruno Ganz ni el contundente final logra dar alas a este primer largometraje de la alemana Sophie Heldman.

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