Ahora que estamos en plena redefinición del capitalismo, bueno será que también culmine con éxito la redefinición de su voz crítica en España, Izquierda Unida, la coalición que se mantiene como tercera fuerza política de nuestro país por votos (desgraciadamente, no por escaños), pero que desde hace ya demasiado sufre un constante descenso en su apoyo y en la penetración de sus planteamientos políticos y sociales. Pero, ¿cómo debe articularse una fuerza alternativa por la izquierda al bipartidismo PSOE-PP? Ésta es la cuestión que deberá resolver el nuevo Comité Político Federal elegido ayer en Rivas Vaciamadrid, de aquí hasta que dentro de unos meses se complete. De momento, no ha habido elección de líder. De acuerdo, lo importante será aclarar las ideas y luego llegará el momento de elegir a la persona adecuada.
Una pista deberá darla el reparto interno de poder que se ha dado en la IX Asamblea de IU: principalmente, PCE (43,3%), Llamazaristas (27,7%) y N-II (18,8%). Los Llamazaristas tienen en su contra el deterioro de la situación electoral de IU desde que ha estado al frente Gaspar Llamazares, que consintió en algún caso una deriva pro-nacionalista en el País Vasco y Cataluña muy desaprobada internamente. Sin embargo, el PCE ha emergido como voz crítica tanto de esa posible vía pro-nacionalista como del seguidismno al PSOE, optando por consolidar una política propia de izquierdas. Por su parte, N-II atina cuando antepone el acuerdo común a la "venta" de su voto. Todo parece apuntar a que habrá un acuerdo. Seguro. La actual situación de crisis económica lo pide a gritos y, como vulgarmente se dice, lo pone huevo.
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