El historietista suizo Frederik Peeters realiza, en colaboración con el documentalista Pierre Oscar Lévy, una estupenda obra de fatalismo de ciencia ficción que, como él mismo define es como "un relato de Bradbury con un toque social y un lado oscuro". Poco a poco, la inocente y divertida llegada de diversos personajes a una playa se ve alterada por el descubrimiento de un cadáver y de algo mucho más terrible que marcará su destino y que está relacionado con la distorsión del tiempo. Sin olvidar su potente mensaje sobre la vida y la muerte.
La originalidad y el atractivo de su historia enganchan al lector en una trama que va en imparable crescendo hasta el final. El dibujo sencillo y en blanco y negro (con todos sus contrastes) facilita también el consumo totalmente absorbente de un cómic que será en breve llevado al cine por el director M. Night Shyamalan (aunque con un título que cuenta demasiado). ¿Quién si no podría trasladar mejor a la pantalla grande esta brillante idea con fuerte carga existencialista?
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