El historiador británico Mark Lawrence acierta de pleno al realizar una inteligente comparación entre las guerras carlistas (básicamente la Primera Guerra Carlista de 1833-1840) y la Guerra Civil Española (1936-1939) para concluir que, con sus parecidos y sus diferencias, forman parte del mismo proceso. La lucha entre la línea de pensamiento liberal-democrático surgido de la Constitución de 1812 y las fuerzas conservadoras-reaccionarias legitimadas primero en torno a Don Carlos y luego en Franco.
Ciertamente, los elementos que subyacen a ambos conflictos (el primero de ellos quizá nunca puesto suficientemente de relieve) son muy similares y se podría decir que conforman un díptico: en las guerras carlistas venció el liberalismo, aunque no supo imponer una agenda suficientemente progresista; mientras que en la Guerra Civil triunfó el reaccionarismo, que, este sí, impuso su doctrina con mano de hierro, haciendo retroceder al país a sus tiempos más oscuros. Un análisis tan pertinente como aleccionador.
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