miércoles, 2 de agosto de 2017

VIAJES / Noroeste de Francia (1): París

Comenzamos la visita al noroeste de Francia por la capital. ¿Qué decir de París que no se haya contado ya mil veces? París, la ciudad del amor, de la luz, de los artistas... De los edificios enormes  y majestuosos, de las avenidas delineadas, pero también de las callejuelas sorprendentes, del ambiente general de buen rollo y también de la masificación turística... Todo ello y mucho más es París, una ciudad que te deja una grata impresión duradera. Por un lado tenemos un monumento único como es la Torre Eiffel, inaugurada en 1889 para la Exposición Universal, con sus 324 metros de altura. Ineludible su visita. La subida a la cumbre en ascensor son 17 euros, 11 euros si te quedas en la segunda planta. Además, en la primera planta tienes una zona de suelo de cristal para vivir un poco el vértigo de las alturas. Las reservas por internet se agotan rápidamente, pero siempre hay un cupo más o menos suficiente para comprar in situ, aunque mejor madrugar.

Otras vistas interesantes son las de lo alto de Notre Dame, la espléndida catedral gótica de los siglos XII-XIV, por 10 euros (visita interior incluida, claro), o el mirador de la moderna Torre de Montparnasse, de 1973, por 15 euros. Sobre templos hay muchos preciosos, como la Basílica del Sacre Coeur (y su barrio artístico de Montmartre, por supuesto), la Sainte-Chapelle, la Torre de Saint Jacques, Saint Louis des Invalides (sí, donde está enterrado Napoleón), el Panteón (donde reposan Rousseau y Voltaire, entre otros), etc. etc. La lista sería interminable. Un placer total, sobre todo si eres un fan del gótico. No nos olvidamos de los museos, con el Louvre a la cabeza, claro, por calidad y cantidad... Un legado magnífico creado por la Revolución Francesa. Y si te flipa el impresionismo, el Museo d'Orly es tu lugar. Son 11 euros, pero si vas a las 16:30 h (cierran a las 18 h) son 9 euros. Una absoluta maravilla. Y no nos dejamos otras visitas clave, como el Arco del Triunfo (construido por Napoleón), la Ópera, el Moulin Rouge... Solemnidad y canalleo, aunque con el tiempo la ciudad se ha ido convirtiendo más en un parque temático. Cosas de los excesos del turismo para una ciudad que recibe más de 40 millones de visitantes al año.

Pero lo mejor es dejarse llevar y pasear tranquilamente por las calles de París (con ayuda puntual del metro y su extensa red, a "sólo" 14,50 euros los 10 billetes). Conocer la majestuosidad de la avenida de los Campos Elíseos, los inaccesibles precios en la plaza Vandome... Pero también las ofertas de calles de ambiente popular como los bulevares Magenta y Barbés Rochechouart, o la calle Temple. Disfrutar de sus planificados parques, como los Jardines de las Tullerías, los Jardines de Luxemburgo o el Parque de Buttes-Chaumont, mi favorito. Y, cómo no, acabar el día cenando en alguno de los concurridos restaurantes de marcado carácter étnico y precio asequible del Barrio Latino.

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