Parece que las recientes revoluciones de los países árabes han dado con un tope en Libia. Básicamente, han topado con un tipo sin escrúpulos al que le gusta demasiado el poder, acostumbrado al ordeno y mando desde hace mucho, como es Muamar El Gadafi. Todo parecía indicar al principio que sucumbiría como lo han hecho los dictadores de Túnez y Egipto. Pero no. Se ha convertido en el responsable de las masacres contra su propio pueblo, que no le desea más y al que se niega a escuchar. A raíz del baño de sangre que estaba provocando, está siendo decisiva la intervención internacional, avalada por la ONU, que no es una guerra, sino la obligación por la fuerza de que pare precisamente esa guerra civil. Que Gadafi deje de bombardear a su propio pueblo y que se atenga a la realidad: debe dejar el poder y permitir que los libios elijan a su gobernante.
Esperemos que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU se aplique en su sentido correcto: evitar matanzas de civiles y asegurar que se hacen cumplir los deseos del pueblo de Libia. Y esperemos que no haya un mero interés económico por parte de los países que intervienen (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España...). La prueba de que, efectivamente, no fuera así, serían futuras intervenciones en países necesitados de ayuda, por ejemplo, en el contexto de las revoluciones árabes, como Yemen o Bahrein. ¿O esos importan menos?
Y, bueno, que no se comparen las acciones en Libia (aprobadas por la ONU y, en España, por el Congreso) con las de Irak (que no tuvo ninguna de esas autorizaciones). Por favor, que no se insulte a la inteligencia.
2 comentarios:
Desgraciadamnete parece que no tiene solución por ahora y ya ha pasado más de un mes...que se puede hacer? Como se temía no va a rendirse fácilmente
No hay soluciones fáciles, pero hay que seguir apoyando y protegiendo a los libios que claman contra el dictador y piden democracia. Ya no hay vuelta atrás y esto sólo puede acabar con la marcha de Gadafi.
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