DEPORTES / Río 2016, Madrid 2020

Al final (como parecía cantado) funcionó lo de la norma no escrita de la rotación de continentes en la celebración de los Juegos Olímpicos. Con Londres en el horizonte de 2012, no era el turno de Europa en 2016. Todos lo sabíamos en el fondo, sólo hay que echar un vistazo al historial de ciudades elegidas: desde 1952 nunca Europa ha celebrado dos Olimpiadas seguidas. Pero el intento de Madrid no ha sido en vano. Su nombre ha vuelto a sonar, esta vez con más fuerza porque llegamos a la final. Otra cosa es la polémica de qué valora más el COI, si la mejor candidatura (con las obras más avanzadas y el mayor apoyo popular que ofrecía Madrid) o la que por corrección política tocaba (otro continente, primera ciudad de Sudamérica, país emergente como Brasil, que con sus importantes problemas sociales proponía la candidatura más cara...). En cualquier caso, enhorabuena a Río de Janeiro, me alegro por cercanía latina y porque supone un guiño a zonas del mundo en desarrollo. Y ánimo a Madrid, porque si inisiste y mantiene el nivel de calidad en su candidatura, acabará alcanzando su objetivo, aunque sea en 2020. Nuestro caso también es sangrante: la única capital importante de Europa que no ha disfrutado de unos Juegos. Pronto se corregirá semejante injusticia. Seguro.