jueves, 19 de febrero de 2009

SOCIEDAD / La despenalización del aborto

En celeste y verde claro, los países donde el aborto es legal. El resto de colores indica ilegalidad en diferentes niveles.






He aquí un tema tan antiguo como polémico: ¿el aborto debe permitirse o prohibirse? O, para ser más exactos en nuestra sociedad: ¿debe despenalizarse? Así lo sostiene el Gobierno del PSOE, con el apoyo de IU-ICV, ERC y BNG, mientras que el PP se muestra contrario, el PNV se abstiene y CIU se ausenta. Me refiero al resultado de la votación de la subcomisión del Congreso encargarda de estudiar el asunto y abrir el camino a la futura Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Con ella, el aborto dejará de ser delito, porque ahora mismo (recordémoslo) lo es, con las conocidas tres excepciones que lo permiten. Pero vayamos al grano. La posición ante el aborto, a grandes rasgos, parte de dos fundamentos básicos. Para unos, la creación de la vida es algo ajeno a nosotros, derivado de un ser divino y ningún humano puede intervenir para evitarlo, aunque evidentemente se requiere la intervención humana para iniciar el proceso. Y para otros, entre los que me incluyo, la decisión de tener o no un hijo es totalmente responsabilidad de las personas implicadas. Si alguien cree que este debate está más que superado, aparte de ser estéril, está totalmente de acuerdo conmigo. Así que una ley que despenalice el aborto y facilite de este modo la planificación familiar sin generar miedos, traumas, ni desde luego condenas, bienvenida sea. Lo cual no quita para que se eduque con fines preventivos de cara a evitar los (excesivos) embarazos no deseados. Porque el aborto no deja de ser el fracaso de una mala planificación. Pero no un delito.

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