El historiador Josep Fontana escribió su último libro, de publicación póstuma, haciendo un certero análisis que engarza la estrecha vinculación entre este capitalismo y esta democracia que tenemos hoy en día, a partir de su mismo surgimiento a mediados del seglo XVIII. De esta manera refuta la opinión de que el crecimiento de la desigualdad que actualmente sufrimos es inevitable e intrínseco al sistema. Se pudo haber optado por un modelo diferente. Y Fontana analiza lo que llevó a que no fuera así. Frente a la visión revolucionaria que puso fin al sistema medieval para elevar a la burguesía como protagonista y motor económico y social, el historiador evidencia que esos momentos de revolución acabaron siendo rentabilizados por la burguesía para tomar el poder y poner sus propias reglas. Esas que, básicamente, beneficiaban a su clase, al tiempo que establecía una pátina de derechos y libertades más superficial que profunda para el resto.
Por tanto, se cuestiona el relato burgués triunfal y se expone cómo ha utilizado el capitalismo para expropiar los beneficios de la mayoría (trabajo, nivel de vida, derechos y libertades). Por ejemplo, cómo las tierras comunales de producción pública de los municipios fueron parceladas en beneficio privado, cómo las pequeñas industrias fueron arrasadas por las grandes corporaciones oligopolísticas, cómo la mano de obra fue esclavizada, niños incluidos, ante el altar del trabajo obligado... Un libro lleno de interesantes reflexiones con mucha vigencia.
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