"Little Monsters" [****], de Abe Forsythe (Sección Oficial)
Va a ser que las mejores pelis de zombies son las comedias, las que se ríen de los tópicos de un subgénero sobreexplotado en los últimos años. Buena prueba de ello es esta "Little Monsters", en la que el australiano Abe Forsythe despliega un muy agradecible humor políticamente incorrectísimo juntando en la misma historia a un grupo de niños con su pizpireta profesora, un músico tremendamente inmaduro y una descolocante estrella de la animación infantil, en el contexto de un súbito ataque zombie que desborda a las (torpes) fuerzas estadounidenses que los retenían secretamente. Brillante y desternillante de principio a fin.
"Memory: The Origins Of Alien" [****], de Alexandre O. Philippe (Sección Oficial - fuera de concurso)
Documental que escarba en la concepción de una de las incontestables obras maestras del terror y la ciencia ficción: "Alien, el octavo pasajero" (Ridley Scott, 1979). El principal logro de la cinta es que se aleja completamente del mero making off o del peloteo gratuito rendido incondicionalmente a las bondades del clásico film. De hecho, el director había enfocado inicialmente el proyecto como el análisis de una escena concreta: la del famoso chestburster (cuando el alien sale del pecho del personaje interpretado por John Hurt), a semejanza de su documental previo, "78/52: la escena que cambió el cine" (2017), con la toma de la ducha de "Psicosis" (Alfred Hitchcock, 1960). En "Memory: The Origins Of Alien" bucea en cómo surgió la idea misma de la película: desde el guión a manos de Dan O'Bannon al diseño a cargo de H.R. Giger, pasando por la integridad artística del director Ridley Scott, dando a todo un mayor sentido y relevancia, si cabe.
"Vivarium" [***½], de Lorcan Finnegan (Sección Oficial)
A modo de relato kafkiano, "Vivarium" teje una historia inquietante y perversa, no exenta de interpretaciones metafóricas. Y es que eso de quedar atrapado en una nueva urbanización, de esas que se construyen a las afueras de la ciudad y llena de casas idénticas e impersonales, tiene ya de por sí algo terrorífico. La rutina familiar, el estándar social de clase media y la obligada paternidad forman parte de la crítica que late en el corazón de una cinta que, por lo demás, nos zambulle en el bucle de lo absurdo derivado en pesadilla final.
"Ready Or Not" [***½], de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (Sección Oficial)
Diversión garantizada en esta película de supervivencia que combina humor desenfadado y toques gore en una historia donde una recién casada (que entronca con una parentela ricachona, de rancio abolengo y con un secreto bastante macabro y oscuro) se enfrenta a su familia política en un juego de vida o muerte. Desde luego, la joven esposa no es nada inocentona y resultará ser una mujer de armas tomar (literalmente), en un papel absolutamente clavado (perdón) por la brillante actuación de Samara Weaving. De las que levantan pasiones en festivales como Sitges.
"The Lodge" [***], de Severin Fiala y Veronika Franz (Sección Oficial)
Unos niños se quedan a solas con su madrastra en una cabaña en medio de la nada y en pleno invierno. Parece un cuento infantil pero, en manos de los austríacos Severin Fiala y Veronika Franz, "The Lodge" resulta ser una especie de enfermiza versión de "El resplandor" (Stanley Kubrick, 1980) como si esta fuera dirigida por Yorgos Lanthimos (de hecho, la fotografía corre a cargo del habitual del director griego). Una película tan extraña y magnética como oscura e imperfecta.
"The Odd Family: Zombie On Sale" [***], de Lee Min-jae (Panorama)
Comedia zombie al estilo coreano, lo que implica ya de por sí altas dosis de surrealismo: una excéntrica familia trata de sacar beneficio económico de la plaga zombie cuando atrapan a un ejemplar y descubren los inesperados efectos de su mordedura. La idea es ingeniosa y hay algunos momentos realmente logrados y graciosos, aunque también queda un permanente tono de cierta irregularidad.
"Paradise Hills" [**], de Alice Waddington (Sección Oficial)
Distopía más acertada por su ambientación esteticista que por su contenido, difuso y de menor fuerza que lo esperado para una historia de empoderamiento femenino: unas jóvenes mujeres son ingresadas contra su voluntad en una especie de institución de buenas maneras para que acepten su rol de sumisión en la sociedad. Lo dicho, mucha belleza (reivindica legítimamente el género fantástico desde un punto de vista femenino) y poca sustancia.
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