viernes, 5 de abril de 2013
ARTE / Hiperrealismo (1967-2012) en el Thyssen
La exposición que ofrece el Museo Thyssen sobre la pintura hiperrealista, que se inauguró el pasado 22 de marzo y se mantendrá hasta el próximo 9 de junio, es una magnífica oportunidad (primera en España) de contemplar tal conjunto de obras de este estilo que, nacido en Estados Unidos a finales de los años 60, trata de emular al máximo la realidad como si se tratara de una fotografía. La evolución técnica de estos artistas ha llevado a que muchos de los cuadros funcionen perfectamente desde ese supuesto y sumerjan al espectador en paisajes, objetos y cuerpos plasmados con una perfección asombrosa. La muestra recoge desde los pioneros norteamericanos del hiperrealismo (llamdo inicialmente fotorrealismo), como Richard Estes, John Baeder, Robert Bechtle, Tom Blackwell o Chuck Close, hasta artistas internacionales más recientes que mantienen vivo (y mejorado) el género, como Roberto Bernardi, Yigal Ozeri, Ben Johnson, Bertrand Meniel, Robert Gniewek, Peter Maier, Raphaella Spence, Clive Head o el español Bernardo Torrens.
¿Mis cuadros favoritos de la colección? Qué decir de la perfección en el retrato humano que supone "Lizzie fumando" (2010), de Yigal Ozeri, o de un paisaje como es "Casa nevada" (1998), de Rod Penner, o de una gran urbe iluminada como es "La ciudad que nunca duerme" (2012), de Bertrand Menier, o de detalles de automóvil con reflejos como "Plum Delicious" (2006), de Peter Maier, o de la complejidad del escaparate de "Maniquí con lentejuelas" (1985), de Tom Blackwell, o, por supuesto, del más expresivo "Cabinas telefónicas" (1967), de Richard Estes. El hiperrealismo nació en cierta manera del pop-art, tratando de retratar objetos, personas o paisajes cotidianos, pero dando el paso más allá de ser absolutamente fieles a la realidad. Y esa es la cuestión: ¿al dejar a un lado la expresividad en favor de la fidelidad se pierde de alguna manera el sentimiento artístico o se trata simplemente de otra forma de arte? Me decanto por lo segundo, pero entiendo las limitaciones que ello implica.
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