Después de las muy buenas sensaciones que nos dejaron en su visita del año pasado, nos hemos encontrado con unas Larkin Poe mayores como artistas en todas sus facetas, tanto de puesta en escena en el escenario como de cancionero cada vez más completo y de calidad. La banda estadounidense de blues-rock procedente de Georgia, comandada por las hermanas Lovell, excelentes Rebecca a la voz y guitarra eléctrica y Megan a la lap steel guitar, ha cambiado de acompañantes con un batería contundente y un bajista refinado (que también maneja el contrabajo). Y, gracias a un álbum notable, "Blood Harmony" (2022), han enriquecido un repertorio en el que no renuncian a sus raíces blues-folk (¡ese maravilloso paréntesis semiacústico!) o a los breves guiños a artistas tan diversos como los Allman Brothers o Elton John. En cualquier caso, demostraron el 8 de noviembre que La Riviera ya casi se les queda pequeña y que supieron mantener un concierto muy directo, pleno de rock sureño, blues, boogie y folk, y muy conectado con el público, por rachas muy similar a The Black Keys. Para abrir, estuvieron bastante entonados los canadienses The Sheepdogs y su blues-rock sureño más clásico.
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