domingo, 20 de agosto de 2023

VIAJES / Costa Este de EEUU: Boston y Washington

Más allá de nueva York, la Costa Este de Estados Unidos tiene otras ciudades interesantes de visitar. Una de ellas es Boston, capital de Massachusetts y una de las urbes más antiguas del país, fundada en 1630. Precisamente, ese bagaje le hace ser un referente de la historia de los Estados Unidos, en cuya revolución por la independencia protagonizó eventos clave como la Masacre de Boston y el Motín del Té. Para llegar fuimos por nuestra cuenta comprando billetes de autobús por FlixBus a 57,80 $ la ida y vuelta por persona. La estación de la compañía sale desde Nueva York en la calle 31 con la 8ª avenida y llega en Boston a la South Station, desde la que se alcanza el centro urbano en un paseo de 15 minutos cruzando el barrio chino.

La mejor manera de ver Boston es seguir el Freedom Trail (una línea en las calles a veces pintada y a veces con adoquines de colores) que recorre los lugares más emblemáticos. Comienza en el Boston Common, el mayor parque de la ciudad (y el más antiguo de EEUU, tras inaugurarse en 1634), pasamos por el Massachusetts State House (Parlamento) con su cúpula de oro, la iglesia Park Street, el cementerio Granary Burying Ground (donde descansan Samuel Adams, Robert Treat Pain y John Hancock, tres de los 56 firmantes de la Declaración de Independencia). Luego está la Escuela Latina con su estatua de Benjamin Franklin, del cual también visitamos la casa donde nació (hay una efigie y una leyenda pero hoy en día es una tienda). Después nos dirigimos a la Old South Meeting House, donde se celebró la reunión que dio comienzo al famoso Motín del Té (Tea Party) de 1773, que a su vez desencadenó la guerra de independencia, la Old State House, antigua sede del Gobierno colonial británico, y el Faneuil Hall, que se encuentra junto al Quincy Market, mercado gastronómico donde comimos tan ricamente. Además, no podía faltar en nuestro viaje una visita a "Cheers" (en el 84 de Beacon St.), la taberna que sirvió de modelo para la mítica serie de los 80. El interior no es el de la serie, porque se rodaba en estudio, pero tanto la entrada como la barra y la sala son el modelo perfecto de agradable taberna bostoniana, incluyendo el emblemático cartel y una tienda de merchandising muy concurrida.

A Washington D.C., capital federal de los Estados Unidos, llegamos en tren a través de la compañía pública Amtrak, por 51 dólares ida y vuelta por pasajero, una buena oferta que pillamos con varios meses de antelación. Salimos de la estación Moynihan Train Hall (en el 350 de la calle 33 Oeste, en Nueva York) y con destino a la Union Station de Washington. Lo primero que teníamos reservado era la visita al Capitolio (a 15 minutos andando), en cuya web hay que registrarse con unos tres meses de antelación. Por lo demás, la entrada es gratis, como muchas cosas en Washington. El edificio está en obras en su parte de atrás, donde se produjo el asalto de los trumpistas, supongo que por los destrozos que causaron esos descerebrados. El caso es que pasamos por la entrada subterránea, no sin antes atravesar los preceptivos controles de seguridad. Te adjudican uno de los tours guiados donde te resumen un poco la historia del edificio y sus funciones. Además, te enseñan un par de salas con estatuas y cuadros significativos, aparte de estar en el hall bajo la impresionante cúpula. Después de ello nos quedamos con ganas de más y preguntamos si se podía entrar en el Congreso y el Senado. Y, efectivamente, con unas rápidas acreditaciones se podía. Eso sí, había que dejar en taquilla los móviles, pues no se permiten las fotos. Una lástima. En cambio, nos encontramos con un personal agradable que contestaba a las preguntas y dudas de la gente sobre el trabajo en las cámaras.

Después nos dedicamos a recorrer la llamada National Mall, una amplísima avenida que va desde el Capitolio hasta el Memorial a Lincoln, pasando por el Memorial a George Washington (el famoso obelisco) y muchos museos que se despliegan a ambos lados de la gran arteria. Y todos gratuitos. Aunque, eso sí, conviene reservar con antelación en los más conocidos, como el Museo Nacional del Aire y el Espacio o la Galería Nacional de Arte. Al llegar al obelisco, a la derecha se camina hasta la Casa Blanca, residencia del presidente dentro de una finca tan grande que el edificio permanece oculto y solo se puede contemplar desde la entrada del 1600 de la Avenida de Pensilvania. A todo esto hay que aclarar que las distancias son considerables en esta zona monumental de Washington, por lo que hay que estar preparado para buenas caminatas o bien complementar el paseo con la ayuda de un bus especial que hace un recorrido circular por los principales sitios de interés a un precio de 1 dólar. Tras pasar por el Memorial a los Veteranos del Vietnam, dentro del Constitution Garden, se alcanza el espectacular Memorial a Lincoln, uno de mis presidentes estadounidenses favoritos, que comprendió que no podía permitirse la esclavitud. Muy cerca está el río Potomac, tan significativo en la Guerra Civil. Cruzándolo ya estamos en el estado de Virginia y se puede ver el enorme cementerio de Arlington y, un poco más allá, el Pentágono.

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