Francamente ineresante la primera jornada del
Festival Tomavistas 2017, en esta su tercera edición celebrada en el incomparable marco del Parque Tierno Galván, de Madrid, con
variedad en su oferta musical y con un sonido impecable en todo momento en las actuaciones. Entré en el recinto con el punk-rock salvaje de
Los Nastys, potente y sin concesiones. Y, acto seguido, en el escenario secundario, pude asistir a la música experimental de los franceses
Aquaserge, tan extraños como disfrutables, con esa mezcla de instrumentos de viento y guitarrazos a lo Jimi Hendrix. De vuelta al escenario principal, las londinenses
The Big Moon presentaban su primer disco,
"Love In The 4th Dimension", una estupenda muestra de indie-rock con raíces claramente estadounidenses, mostrando sobre las tablas actitud, ganas y desenfado en una sucesión de canciones basadas en el espíritu Loud/Quiet/Loud noventero. Después,
Lori Meyers, que inician gira de presentación de su nuevo álbum, "En la espiral". De hecho, abrieron con "Vértigo I", la canción perfecta para comenzar con su crescendo progresivo, y se demostró que "Siempre brilla el sol" es un nuevo hit imbatible. El resto del repertorio se compuso de lo mejorcito de su cancionero, que ya es amplio y fructífero. Con una puesta en escena brillante, un sonido perfecto y un set list así... éxito asegurado. Y
Goldfrapp desplegaron su característico electropop demostrando que se mantienen a buen nivel con su último trabajo, "Silver Eye", sumado a buena parte de sus temas clásicos. Y, aunque la fiesta continuaba, para mí ya fue un final bastante adecuado.
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