Concluida ya la IX Edición del Concurso de Tapas de Quintanar de la Orden, pasemos al balance. Este año han caído 10 tapas, suficientes para votar y para participar en el sorteo del fin de semana a Benidorm (a ver si hay suerte). En fin, al grano. Las que más me han convencido, por distintos motivos, han sido las de Granero y Castellano. En el primer caso, por su innovación, elaboración, riesgo y sabor: esas manitas bien trituraditas y calentitas con foie, setas y crema de patata me han cautivado. Tanto que repetí. En el segundo caso, se trata de un plato más tradicional, un templado de bacalao al pil pil, pero cuando se hacen las cosas muy bien, hasta lo más conocido resulta una sorpresa agradable.
Tras estas dos, yo situaría de forma muy igualada las tapas del Seven (Carrillada caprichosa), Casa Salva (Nido de amor -aunque no había ningún nido-), Aldonza (Calamar al ajoarriero y alioli de azafrán), Santa Marta (Delicia Mare Nostrum) y Polideportivo (Chipirones rellenos con salsa americana). Tengo que decir que este año el nivel lo he visto bien a secas, sin muchas tapas sobresalientes y una clara falta de riesgo. Empiezan a verse combinaciones de productos ya sabidas y con ciertas carnes y pescados recurrentes insistentemente y pocas ganas de innovar. Vamos, que con 2 € la tapa ¡hay margen para hacerlo mejor!
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