domingo, 31 de mayo de 2015

MÚSICA / Primavera Sound 2015: 15 años de un gran festival

Lejos quedan ya aquellos gloriosos años del Primavera Sound en el Pueblo Español de Montjuïc, un espacio visualmente precioso pero decididamente pequeño para contener la afluencia que su calidad merece. Ahora, coincidiendo con su quince aniversario, este festival se ha convertido en el referente de la música pop, rock y electrónica en directo, y hace tiempo que sobrepasó al (en su momento) imbatible FIB de Benicàssim. Acostumbrado a su alto nivel y a las grandes sorpresas que depara, quizá esperaba más de esta celebración tan redonda, pero, no obstante, la edición de este año ha sido francamente buena, pues ha logrado aunar, una vez más, artistas clásicos (Patti Smith, Thurston Moore -Sonic Youth-, The Pastels, The Vaselines, The Replacements, The Church, Tori Amos), potentes bazas de la escena actual (The Black Keys, The Strokes, Belle & Sebastian), selectos representantes patrios (Mercromina, Los Punsetes, Perro), regresos importantes (Ride, Sleater-Kinney) y excelentes descubrimientos (Ex Hex, Mikal Cronin, Younghusband, Twerps).

Jueves 28 de mayo

Inicio brutal con los murcianos Perro y su noise-punk nuevaolero que nos hizo olvidar su horario intempestivo (por tempanero, las 5 de la tarde). En directo se desenvuelven con soltura y convencen tanto como en su primer disco grabado ("Tiene bacalao, tiene melodía" -2013-), una pequeña joya y un grupo claramente a seguir. Sobre los australianos Twerps decir que siguen la escuela de ese pop sencillo cuya máxima aspiración es resultar bonito. Y a fe que lo consiguen. Más revelador fue asistir al concierto de los canadienses Cheatahs, que recuperan con muy buena mano lo mejor del estilo shoegazing de finales de los 80. Pero para grandes recuperaciones, la presencia de Thurston Moore, co-fundador de los míticos Sonic Youth, ahora con su propia banda para seguir impartiendo clases de domesticación de ruido. Su proyección está por ver, pero verle actuar es una experiencia fantástica. Una sorpresa aún mayor fue la de conocer al estadounidense Mikal Cronin (ver imagen), el muy activo creador de sonidos pop guitarreros e intensos, abarcando power-pop, garage e indie-rock. Su juventud no le impide actualizar con sabiduria la historia de la música moderna con referentes realmente exquisitos. Un conciertazo, realmente. El turno de los cabeza de cartel, The Black Keys, la banda que ha entregado uno de los mejores álbumes del siglo XXI ("El camino" -2011-), en su primer concierto desde la lesión de su batería a principios de año, evidenció tanto lo sólido de su propuesta como algo de feeling perdido en algún momento. Quizá falta recuperar la magia de los bolos. Pero los temazos son los que son y esos siguen funcionando. El primer día se cierra con Los Punsetes, banda inclasificable donde la haya, y, al mismo tiempo, una de las mejores que ofrece el panorama musical español en la actualidad. Su punk-pop ha construido ya un repertorio espectacular pleno de letras irónicas, cachondas y con mala baba. Una delicia.

Viernes 29 de mayo

Empezamos bien el día, con los míticos The Pastels, uno de los grupos clave de la sobresaliente escuela escocesa de pop. Ahí siguen, apostando por las bellas melodías, tras su regreso con "Slow Summits" (2013), aunque a su cantante le siguen faltando algunas clases de entonación. Y de Estados Unidos llegan Ex Hex, la banda de la ya veterana Mary Timony, que, con su nueva formación ("Rips" -2014-), está poniendo bien alto el listón de sonidos que mezclan rock and roll, pop y punk en su justa medida. Una buena dosis. Y momento para unos clásicos de la escena alternativa española: Mercromina (ver imagen). Los albaceteños demuestran una vez tras otra que son una de las bandas más grandes de noise e indie-rock. Su concierto fue apabullante, sublime, mágico. Otros escoceses, Belle & Sebastian, han enriquecido su receta de pop bello con ritmos bailables en su último disco ("Girls In Peacetime Want To Dance" -2015-). Ahora, sus directos no solo se pueden tararear, sino también bailar. ¡Doble disfrute! Y llega la noche con dos retornos de peso. Por un lado, las estadounidenses Sleater-Kinney mostraron la fuerza intacta de su energético rock alternativo de los 90. Parece como si no hubiese pasado el tiempo por ellas. Pero, además, vuelven presentando un disco notable, "No Cities To Love" (2015). En cambio, Ride viven de las rentas. Su concierto fue una estupenda muestra del sonido shoegazing noventero, con unos cuantos grandes himnos. Pero es solo un retorno nostálgico al pasado.

Sábado 30 de mayo

La última jornada comenzó interesante, con los londinenses Younghusband ofreciendo atmósferas de dream-pop y psicodelia. Siguió el indie-rock un tanto etéreo de los neoyorquinos DIIV, también bastante correcto. Pero el momento cumbre llegó pronto: The Vaselines -ver imagen- (más escoceses) estaban en la ciudad. El grupo que era referencia de Kurt Cobain (nada menos) no solo han recuperado su clásico repertorio de pop-rock alternativo, sino que traen bajo el brazo un nuevo disco francamente bueno, "V For Vaselines" (2014). Una gozada. En cambio, la culminación del día, protagonizada por dos bandas de Nueva York, fue algo más floja de los esperado. Interpol tienen sus momentos, no lo niego, pero, en términos generales, no me dicen gran cosa. Es más, me aburren a ratos. Sobre The Strokes, bueno, la historia no es la misma. Son los hacedores del mejor disco de la primera década del siglo XXI ("Is This It" -2001-) y su setlist es la envidia del 80% de las bandas que hay sobre la Tierra. Pero también es cierto que nunca se han vuelto a acercar a la calidad de aquella primera entrega. Por tanto, con poco más de una década en activo, ya viven del pasado. Y eso se nota en el directo, que también da muestras de cierta indolencia.



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