"Las brujas de Zugarramurdi", de Álex de la Iglesia (Sección Oficial - Fuera de concurso)
El director vasco recupera su mejor estilo personal y cómico en esta divertida historia de los atracadores por necesidad que, desde su golpe en pleno centro de Madrid (espectaculares escenas de acción), acaban perdidos en los montes del País Vasco y Navarra en medio de un akelarre de brujas. La primera hora y media es un ejemplo de sabia dirección y diálogos brillantes, donde destaca un reparto coral sencillamente espléndido, y sólo una recta final algo más excesiva, en la línea, por otro lado, del Álex de la Iglesia más friki, resta redondez al filme. Pero aun con sus ciertos defectos, nos encontramos con una de las películas más destacables del cineasta.
"La vie d'Adèle", de Abdellatif Kechiche (Gran Premio Fipresci)
Profunda y humana historia de una joven adolescente que, en su iniciación en el sexo, descubre sus verdaderas inclinaciones. Con una cámara siempre encima de la protagonista, interpretada soberbiamente por la joven Adèle Exarchopoulos, nos adentramos, primero, en sus dudas, luego, en su desconcierto, y, finalmente, en sus aciertos y errores a la hora de construir una relación, todo ello contado con minuciosidad, incluyendo escenas sexuales bien explícitas. De hecho, con excesiva reiteración, lo que se traduce en un metraje de tres horas que podría haber sido reducido para transmitir el mismo mensaje.
"Gloria", de Sebastián Lelio (Sección Perlas)
Convincente película sobre una mujer ya entrada en la cincuentena, sola tras su divorcio, que no renuncia a recuperar las pasión y el amor perdidos. En su camino se sucederán las dificultades propias de su género y situación, hasta que inicia una relación aparentemente satisfactoria, hasta que empiezan a surgir las dudas. El acierto del filme se basa no sólo en la sinceridad de la propuesta y las escenas explícitas, sino, sobre todo, en la espectacular actuación de su protagonista, Paulina García, que carga sobre sus hombros casi toda la responsabilidad de que "Gloria" transmita con acierto su mensaje.
"Like Father, Like Son", de Hirokazu Kore-eda (Sección Perlas)
El director japonés vuelve a abordar su temática predilecta, la relacionada con la familia y sus lazos. En este caso, a través del momento en el que un matrimonio se entera de que su hijo de seis años fue intercambiado en la maternidad al nacer. A partir de aquí, se plantea el debate de si es más importante la relación de sangre que la adquirida. Una disyuntiva que llevará a tomar determinadas decisiones a los padres, algunas más acertadas que otras. Desarrollada con más seriedad de la esperada, se echa en falta una dirección un poco más ágil y un guión menos encorsetado, aunque el resultado acabe interesando.
"The Wind Rises", de Hayao Miyazaki (Sección Perlas)
El maestro japonés de la animación tradicional, Hayao Miyazaki, se despide (aparentemente) con una película que se sale de su habitual línea de fantasía desbordante. A cambio, el director ofrece una entretenida, y a ratos emotiva, historia realista de cómo la ingeniería aeronáutica nipona evolucionó en la época de entreguerras para conseguir aviones de alto nivel tecnológico. Aviones que, por otra parte, fueron utilizados por el emperador para la guerra. Pero Miyazaji sólo dibuja las consecuencias políticas y prefiere centrarse más en el drama personal del ingeniero protagonista con su mujer enferma.
"Futbolín", de Juan José Campanella (Sección Oficial - Fuera de concurso)
El argentino Campanella se adentra en el terreno de la animación (y además en 3D) con un resultado correcto en una historia de perfil infantil que no va más allá del mero entretenimiento y la moraleja del compañerismo y afán de superación derivado del fútbol, con una no tan soterrada crítica al show business que acompaña al deporte profesional. Por lo demás, el 3D sobra.
"Enemy", de Dennis Villeneuve (Seccion Oficial)
El inicialmente intrigante planteamiento del tipo que se encuentra con su doble idéntico da lugar a una serie de reflexiones que podrían haber derivado en un filme tan turbio como interesante. Sin embargo, el director se pierde entre una serie de metáforas incomprensibles y la película se le acaba yendo de las manos.
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