viernes, 11 de julio de 2025

MÚSICA / Mad Cool 2025: Iggy Pop, Weezer, Muse, Royel Otis...

Muy agradecible la apuesta del Mad Cool 2025, al menos en su primer día, del rock de guitarras, donde pudimos disfrutar de iconos, semiclásicos y nuevas generaciones. Sobresalió el gran Iggy Pop, el padrino del punk, que, a pesar de tener que retrasar casi media hora el inicio de su concierto debido a un lamentable apagón del sistema eléctrico, hizo una actuación memorable, intensa y llena de una energía que ya quisiéramos muchos a sus 78 años. Ese setlist algo recortado de 17 temas transitó, obviamente, por su etapa gloriosa con The Stooges (1969-1973), de la que desgranó nueve canciones, muchas de ellas clásicos instantáneos: "1970", "Gimme Danger",  "I Wanna Be Your Dog", "Raw Power", "Search and Destroy" o "T.V. Eye", con la que comenzó. También hizo hincapié en su mejor disco en solitario, "Lust For Life" (1977), junto con David Bowie, del que cayeron "Lust for Life", "Some Weird Sin" y "The Passenger". Respaldado por una banda amplia (sección de vientos incluida) y eficaz, la Iguana sonó de estruendo y se agradeció su constante actitud de conexión con el público (llegó a bajar al foso, aunque con ayuda, claro).

También tenía muchas ganas de ver después de mucho tiempo a Weezer y su powerpop-rock. Lo cierto es que una mejorable ecualización del sonido llevó a que casi todo el rato sonaran en exceso los graves del bajo y del bombo, pero el set de la banda californiana es tan contundente que siempre estuvo por encima de las deficiencias técnicas. A raíz de su 30º aniversario (ya 31 años, de hecho), hicieron un buen repaso a su primer disco, el llamado álbum azul, con nueve temazos: "Buddy Holly", "Holiday", "In the Garage", "My Name Is Jonas", "No One Else", "Say It Ain't So", "Surf Wax America", "The World Has Turned and Left Me Here" y "Undone - The Sweater Song". Pero el resto de su discografía es tan notable y repleto de canciones con gancho que la actuación nunca decayó, a pesar del cierto laconismo de Rivers Cuomo, que al final acabó emocionado.

También merecieron la pena los británicos Muse y su potente rock. No vamos a descubrir ahora el virtuosismo de Matt Bellamy pero ahí volvió a demostrar lo gran guitarrista que es. Otra cosa es que está por ver si la banda vive de las rentas de sus clásicos temas de principios de los 2000 o tienen algo más por demostrar... Por su parte, fueron un descubrimiento los australianos Royel Otis y su enérgico indie-pop-rock, que causaron una grata impresión. También destacó la angelina Blondshell, el nombre artístico de Sabrina Mae Teitelbaum, y su buen indie-pop, que tuvo el siempre difícil papel de abrir el día.


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