Los irlandeses U2 están viviendo una segunda juventud, ahora que echan un vistazo al pasado desde su sólida posición de la experiencia. Anoche en el WiZink Center de Madrid demostraron que son los líderes del rock mundial, pues no sólo cuentan con un cancionero mítico, que siguen alimentando en (algunas de) sus estupendas nuevas entregas discográficas, sino que realizan una puesta en escena al mismo tiempo apabullante y cercana. Siempre ha sido esa su esencia, la capacidad de ser héroes sin dejar de ser chicos de barrio. En esta gira Experience + Innocence Tour llevan a cabo un despliegue técnico impactante, con esa especie de gigante plataforma-jaula-pantalla con la que juegan entre ellos y con la gente, buscando continuamente distintas posiciones por todo el recinto para acercarse al público, dejando momentos ciertamente inolvidables.
Pero no nos olvidemos de la música. La banda está en un momento dulce, técnico y compositivo, y eso se nota en la actuación: energética y vibrante (y también sentida y concienciada, como siempre), con un sonido muy guitarrero donde manda claramente The Edge, mientras que en lo vocal y en la relación con el público el puto amo es Bono. Es capaz de soltarte un discurso entre canción y canción y que forme parte todo del espectáculo, al tiempo que te llega muy dentro porque te habla con la sinceridad de un amigo: "desde mi experiencia os puedo decir que lo peor de todo es el nacionalismo: el catalán, el vasco, el español, el irlandés...". El concierto había comenzado con el monólogo de Chaplin en "El gran dictador", mientras las pantallas mostraban la Europa destruida de finales de los años 30 y principios de los 40 (sí, también España), y cada cierto tiempo lanzaban mensajes de amor y de hermandad, y también críticas contra la nueva oleada de fascismos: Orban, Le Pen...
El setlist (dos horas y cuarto de disfrute) les mostró defendiendo con valentía su reciente obra, con momentos muy notables y protagonismo especial para su último álbum, "Songs Of Experience" (2017), con siete temas, seguido de "Achtung Baby" (1991), con cuatro, y "How To Dismantle An Atomic Bomb" (2005), con tres. Y, desde luego, no faltaron los clásicos: "I Will Follow", "New Year's Day", "Sunday Bloody Sunday", "Pride (In The Name Of Love)"... Eso sí, se saltaron "The Joshua Tree" (2017), del que celebraron por todo lo alto el 30 aniversario el año pasado. Mi momento: cuando toda la banda se acercó justo al lado de donde yo estaba a tocar "Elevation", "Vertigo", "Even Better Than The Real Thing"... Un sueño hecho realidad.
"The Blackout"
"Sunday Bloody Sunday"
"New Year's Day"
"Even Better Than The Real Thing"
"Pride (In The Name Of Love)"
"Love Is Bigger Than Anything In Its Way"
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