viernes, 12 de octubre de 2012
POLÍTICA / Cataluña, España y lo irracional
Malo cuando los sentimientos se apoderan de la política, del establecimiento de las normas y leyes, del gobierno de los ciudadanos. Es entonces cuando llega el turno de arroparse en banderas y proclamarse el mejor porque sí y hacer frente a quien se atreva a decir lo contrario. Es entonces cuando se deja de pensar en lo que realmente está ocurriendo. Cuando Artur Mas, presidente de la Generalitat, un tipo conservador en lo político y liberal a ultranza en lo económico, se apunta al independentismo y se le llena la boca del derecho a decidir de los catalanes está jugando a eso, a introducir los sentimientos en la agenda y a desviar la atención sobre lo que realmente ocurre. Y lo que realmente ocurre es que Mas se ha convertido en el principal adalid de los recortes de gasto que promueve el (oh, sorpresa) también conservador y ultraliberal Mariano Rajoy desde el Gobierno de España, bajo presión amenazante de (oh, más sorpresa) los también conservadores y ultraliberales dictados de Angela Merkel desde Alemania. Mas ha recortado gastos en Cataluña por valor superior a los 2.500 millones de euros, es decir una cuarta parte de lo hecho en toda España, por delante de los 1.400 millones de la socialista Andalucía y los 1.100 millones de Castilla-La Mancha (gobernada por Dolores de Cospedal con la locura e insensibilidad de Margaret Thatcher).
Mas, por tanto, ha sido el alumno aplicadísimo de una política económica de los recortes que, como se ya se sabía y se está viendo, hunde a cualquier país o territorio donde se aplique. Pero, ¿para qué sufrir la desaprobación popular cuando, de repente, te puedes rodear con la bandera y decir que eres un independentista de toda la vida y que la culpa de que todo vaya mal la tiene España (no Rajoy, sino España), que roba dinero a los catalanes? Y, claro, con un argumento falso pero atractivo y facilón, a todo el mundo se le olvida quién hace los recortes y descubren que tienen un chivo expiatorio. Falso por una sencilla razón: Cataluña no paga impuestos a España, son los ciudadanos catalanes los que lo hacen (se da la circunstancia de que tienen una renta media más alta), cuyos impuestos acaban destinados a gastos sociales, entre otros, para ciudadanos de rentas menores, normalmente en comunidades de renta media inferior, pero también para aquellos catalanes con menores recursos. De hecho, un estudio sitúa a Cataluña en una posición similar a la del estado de Nueva York con respecto a Estados Unidos: recibe menos de lo que da. Es lógico. Otra cosa es, como digo, que los recortes de Mas en Cataluña están provocando un deterioro de las condiciones de vida de sus ciudadanos. Pero querer echar la culpa a España es algo absolutamente irracional.
Y a Rajoy, ¿cómo le viene esto? Pues fenomenal. Como a Mas y a CiU, a Rajoy y al PP les va de perillas lo de las banderas: acusan al Gobierno catalán de deslealtad, llaman a españolizar la educación catalana... Y, mientras tanto, que no se piense en los recortes, es decir, en la destrucción diaria de los fundamentos de este (todavía) Estado del Bienestar que con esfuerzo hemos construido entre todos y en toda España.
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