Continuamos grabando el nuevo disco. El pasado fin de semana fue el turno de las guitarras, es decir, de las solistas (manejadas por Cristóbal) y de las ritmicas (aporreadas por mí mismo). En concreto, el sábado fue mi turno. Aunque tenía planeado utilizar principalmente mi Gibson Les Paul Smartwood, un incidente técnico (¡Pepe se cargó el puente! No pasa nada, tío) me llevó a utilizar casi todo el tiempo la Gibson ES-333 de Edu. Magnífica guitarra, de hecho, con mucho cuerpo. Eso sí, variamos el amplificador: Vox AC-30 para los temas más cañeros y el Fender de válvulas de Cristóbal para los de sonidos más matizados. También toqué en "Cruzando la ciudad" una pequeña joya: la Fender Telecaster de Sergio, guitarrista de los Happy Losers (gracias por dejárnosla). ¡Vaya sonidazo! (aunque no le haya cambiado las cuerdas desde hace un año, je, je). Por último, el toque cálido con la estupenda acústica de Pepe.
Y el día clave fue el domingo, con la entrada de Cristóbal para los solos. Ahí sí que se sacaron grandes sonidos con la experta guía de Pepe y sus cacharritos (Rat, Soul Bender...). Hubo buena combinación de guitarras, manejando principalmente las Fender Stratocaster y Telecaster, junto con los amplis Vox AC-30 y Fender de válvulas. Pero el momento cumbre llegó con la Danelectro de 12 cuerdas (perfecta emuladora del clásico sonido Rickenbacker) que Cristóbal usó para "Cielo e Infierno" y "Ojos en blanco". ¡Aquello fue el éxtasis, señores! Era como si Roger McGuinn se hubiese reencarnado allí mismo. En fin, no pudimos salir más satisfechos de lo que grabamos, así que, como veis, todo va de maravilla.
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