No deja de causar sorpresa que una institución pública, como es un Ayuntamiento, quiera saltarse la ley. ¿Qué ejemplo da entonces a los ciudadanos? Me refiero a la polémica desatada inicialmente en Vic (Barcelona), donde su equipo de gobierno, encabezado por el alcalde de CIU Josep María Vila (con apoyo de PSC y ERC), se negaba a empadronar a una parte de la población: los inmigrantes no regularizados. Así, a bote pronto, me surge la idea de que no es tarea del Ayuntamiento regularizar o no a los inmigrantes y, por tanto, no puede decidir nada sobre ello. Cierto que, aun no decidiendo en esta materia, el municipio sufre el aumento de la población y debe invertir más dinero para proporcionar los servicios universales que, como su propio nombre indica, deben aplicarse a todo el mundo: sanidad, educación, etc. En cambio, sí es su obligación realizar el Padrón, que es un registro administrativo que, precisamente, sirve para saber cuánta gente y de qué manera vive en un sitio, lo que podrá llevar al Gobierno central, una vez analizados los datos por el INE, a poder aplicar las políticas necesarias (es decir, a aportar más dinero) en función de dónde vea más crecimiento de población, sea china, de Vic o de Alcafrán... Porque, señores, cuanta más población se tiene, más ayudas públicas se reciben. Y, aún más, si un inmigrante no se empadrona no puede llegar a regularizar nunca su situación, porque la Ley de Extranjería le exige arraigo y esto sólo se prueba si estás inscrito en el Padrón.
Y, en fin, poniendo en duda la actual financiación de los ayuntamientos, que entiendo que en algunos casos puedan estar desbordados, lo que no se puede hacer es mirar para otro lado y contabilizar sólo a la población que te interesa y a la que no, aunque no dependa de ti, no existe, ¿verdad? Pero para trabajar en el campo, la construcción, los bares, cuidando a los mayores y a los niños por poco dinero ahí sí valen, ¿no? Porque, claro, los sacas del Padrón y a ver a qué colegio pueden llevar a sus hijos o a qué viviendas de protección oficial se pueden apuntar, etc., después de estar cotizando a la Seguridad Social de todos los españoles currando como cualquiera o más (si acaso los dan de alta y no están más bien siendo explotados en la ilegal economía sumergida (¿es un 20%, Corbacho?), contra la que nadie hace nada. Pero, claro, en el fondo lo que pide el pobrecito Ayuntamiento es más dinero, ¿para atender a los inmigrantes o para forrarse como hacen otros munícipes?
Y en eso llega el alcalde de Torrejón de Ardoz (Madrid), Pedro Rollán (PP), y dice que sólo va a empadronar a las personas que vivan en una casa donde les corresponda al menos 20 m2 de superficie. Eso quiere decir que, si residen cuatro en un piso de 75 m2, hay uno que no puede empadronarse, que no existe, así, por decreto. Y, para que no digan que es racismo, se aplica por igual a cualquiera. Y ese cualquiera no será, claro, esa familia ricachona que vive en el chalé de 400 m2, sino la gente con menos recursos que debe estar más apretada. Estoy contando la superficie de mi piso a ver si tengo ese espacio de 20 m2 que me exigen para empadronarme (claro que cuando subían los precios de la vivienda el Ayuntamiento no hacía nada para frenarlos, todo lo contrario, más bien). Pero, de repente, me doy cuenta de que vivo en Madrid capital, donde no se aplicará esa estupidez, aunque esté regida por Alberto Ruiz-Gallardón, también del PP. Dios, lo que hay que aguantar.
2 comentarios:
Yo estoy totalmente de acuerdo con el alcalde de Torrejon. Es más, igual que pone un mínimo de metros cuadrados habría que poner un máximo. Por ejemplo: 40 metros cuadrados por persona. Y alli donde existan habitantes que gozen de mas de 40 m2 por habitante en su casa, pro ejemplo el mismo alcalde de Torrejon, habría que instalar inmigrantes hasta que la media se estabilize.
ja,ja,ja ;-))
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