domingo, 22 de mayo de 2022

MÚSICA / Tomavistas 2022: Suede, Rolling Blackouts Coastal Fever, Confeti de Odio, Rigoberta Bandini...

Finalmente, y tras el aplazamiento del año pasado por la pandemia, se pudo celebrar la edición del Tomavistas, uno de los festivales de referencia situados en Madrid y que este año ha cambiado su habitual escenario del Parque Tierno Galván por el de mayor tamaño junto al Ifema. Menos bonito pero tampoco demasiado grande como para dejar de ser esa celebración de ponderada asistencia y cartel atractivo.

El primer día tenía un carácter más joven, abiertamente renovador para dar paso a las nuevas generaciones de público melómano, apostando por figuras que despuntan aunando sonidos clásicos de pop y rock con nuevas tendencias como el trap. Destacaron Confeti de Odio y su pop directo y dramático en formato power trío, que para mí fueron la gran (y agradable) sorpresa de la jornada. Liderados por Lucas Vidaur, este veinteañero ha revolucionado el indie madrileño con su reciente álbum "Tragedia Española", que ha sido definido como "un disco tan cruel como divertido". La banda femenina Cariño también conectó con la audiencia con una adictiva mezcla de pop guitarrero de estribillos tarareables con toques trap. Aunque la cabeza de cartel era por méritos propios Rigoberta Bandini, la compositora indie barcelonesa que está on fire, y no solamente por su archiconocida (y fallida apuesta para Eurovisión) "Ay, mamá", sino por múltiples canciones francamente interesantes e interpretadas en directo con una estupenda puesta en escena.

El segundo día fue el más atractivo, por su variedad y calidad. Desde el punk de concienciación política de los malagueños Biznaga, pasando por el gran indie-rock de los australianos Rolling Blackouts Coastal Fever (estos chicos deberían arrasar a nivel mundial, si el rock fuera relevante, que quizá ya no lo es). Los madrileños Carolina Durante y su punk-pop divertido cumplieron como siempre, mientras que el estadounidense Kevin Morby dejó algunas buenas muestras de su cálido folk-rock. Pero el foco de atención estaba puesto en el regreso de Suede. Y los de Brett Anderson volvieron a demostrar por qué han sido referencia del rock durante más de tres décadas. Un Anderson entregado, como siempre, con algunas pequeñas limitaciones de voz suplidas sin problemas con su derroche de energía sobre el escenario. Su cancionero, además, se ha ido enriqueciendo con el tiempo y no se ha quedado en absoluto anclado en los años 90, sino que ha ganado en vocación de intemporalidad. Cerraron la jornada Slowdive y su siempre efectivo shoegaze tan intenso como evocador.

El último día se vio algo enturbiado por el fuerte chaparrón que cayó durante media hora y que interrumpió la actuación de los rockeros Camellos. Lo peor de todo es que el parón llevó a suspender la actuación de los noruegos Kings Of Convenience y su indie-pop-folk, una pena. Los ingleses Shame descargaron su punk gamberro, aunque algo pasado de vueltas. Jarv Is..., la banda del gran Jarvis Cocker (Pulp), sorprendió por su sensibilidad, vocación pop y magnetismo de líder que sigue ejerciendo con autoridad el británico. Cerraron el festival el show de electropop de los australianos Confidence Man y el neo soul-funk de los ingleses Jungle. Diversión para terminar por todo lo alto.

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