domingo, 26 de mayo de 2019

MÚSICA / Tomavistas 2019 (y 2): The Beths, Cass McCombs, Morgan, Stonefield, Carolina Durante, Mucho

Una banda marcó la segunda y última jornada del Tomavistas y fueron los neozelandeses The Beths (en la imagen). Los de Auckland descargaron con maestría y simpatía su powerpop desde el otro lado del mundo pero que suena tan universal como las mejores melodías guitarreras. Era conocido que su estupendo disco de debut "Future Me Hates Me" (2018) fue uno de los mejores del año pasado, pero en directo suena incluso mejor. Es notable la pericia de estos chavales para interpretar con todo lujo de detalles (arpegios, coros, balances de sonidos) unas canciones redondas, sublimes en algún caso, altamente adictivas y plenas de estribillos brillantes. Con las amables palabras en español de su líder, Elisabeth Stokes, se terminaron de ganar el afecto del público para siempre. Ya les echamos de menos.

Antes habían actuado las australianas Stonefield que, con su rock psicodélico setentero, nos hicieron volver a los tiempos en los que el rock era lo más importante. El grupo de las hermanas Findlay vive del revival pero aporta su particular toque personal. Por su parte, los madrileños Morgan desplegaron su gama de sonidos de clara influencia americana: desde el rock hasta el soul-funk. La portentosa voz de Nina de Juan emociona, mientras guitarras y teclados se suman para alcanzar texturas muy atractivas. El californiano Cass McCombs bordó su indie-folk-rock de alto octanaje, acompañado de una banda técnicamente notable. No deja indiferente a nadie y eleva el espíritu. Llegaron Carolina Durante para hacernos volver a los años de la Movida. Y es que su propuesta es una especie de adapatación actual de Los Nikis. Las letras burlonas e irónicas y los rimos guitarreros bailables marcan la fiesta. Concedo que Spiritualized tienen momentos emotivos pero debo confesar que la banda de Jason Pierce me aburre. No veía el momento de ver a Mucho y su nueva propuesta bailable. El grupo es ahora básicamente Martí Perarnau y no queda rastro del rock afilado y alternativo de sus inicios. Pero su indie-dance tan personal me gusta.

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