Pocas veces se tiene la oportunidad de asistir a un concierto tan variado como el ofrecido por los norteamericanos Fountains Of Wayne el pasado jueves 17 de enero en la madrileña sala Joy Eslava, que, por cierto, se está convirtiendo en uno de los puntos ineludibles de la actual movida madrileña: gran sonido, aforo mediano suficiente, precios exorbitantes en la barra, etc. Quizá poca gente haya oído hablar de esta banda de powerpop: craso error que se puede solucionar adquiriendo (o descargando, según el gusto) cualquiera de sus magníficos cinco elepés (qué poco se prodigan): el homónimo "Fountains Of Wayne" (1996) -un clásico-, "Utopia Parkway" (1999) -un intento de diversificar-, "Welcome Interstate Managers" (2003) -el más rockero y variado-, "Out-Of-State-Plates" (2005) -impresionante colección doble de caras B y versiones- y el más reciente "Traffic And Weather" (2007) -otro paso hacia adelante, realmente excelente-.
La noche tuvo de todo: desde sus canciones más movidas, como "Stacey's Mom" (lo más cerca que han estado de un hit) o "Mexican Wine" (prohibida por la MTV ya que en el vídeo salían menores y el tema habla de alcohol) hasta esos medios tiempos que tanto dominan, como "Yolanda Hayes" o la balada "Fire Island" (uno de los momentos mágicos, en el que el bajista John Schlesinger pidió que encendieran la enorme bola de espejos que colgaba del techo). Mientras, el cantante Chris Collingwood desplegaba su impresionante y versátil voz con total seguridad. Y todo ello, redondeado con la constante conexión que hubo entre la banda y el público, dieron el toque maestro a la velada. No se les conoce mucho, pero con grupos así... ¡que viva lo desconocido!
Fountains Of Wayne
Jueves, 17 de enero
Sala Joy Eslava, Madrid
"Someone To Love"
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